Zuhey Medina / Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Es un caluroso y seco domingo por la mañana y las notificaciones no paran en los grupos vecinales; el bien-intencionado mensaje se repite en cadena: “A partir de hoy los invito a rociar una cubeta de agua en sus patios o calles… será como si una llovizna hubiera caído”, promete.
La tormenta de post llega hasta los medios más “serios” que replican la información, sin más argumento que la viralidad, e incluso se cuelan a la política mexicana con el llamado de Paolita Suarez.
El pueblo aprueba popularmente la iniciativa ciudadana, pero ¿regar mi acera realmente traerá lluvias? O ¿es potencialmente peligroso?
Metapolítica consultó en exclusiva a Karina Bautista, coordinadora de agua.org.mx y maestra en Gestión Integral del Agua, sobre este viral tema.
“La información es totalmente falsa. Si bien la evaporación sí forma parte del ciclo del agua, este proceso ocurre a gran escala, es decir, se necesitan de grandes volúmenes de agua, para que la evaporación sea significativa”, aclaró.
De acuerdo a la especialista, no solo basta que sea un gran volumen de agua, también se requiere de “cierta humedad, aire ascendente, partículas de condensación y enfriamiento de las moléculas del agua, es decir, hay muchos factores atmosféricos que entran en juego para que se formen las nubes”. También interviene en la formación de nubes la estación del año y la ubicación geográfica.
Explicó que, si consideramos el ciclo del agua, no toda se evapora, una parte escurre y en suelo permeable (el cemento no es material permeable y es el más usado para construir banquetas) se infiltra para “recargar acuíferos, encontrar salidas y formar un manantial o llegar a los grandes cuerpos de agua como lagos o incluso el mar”.
Para Karina Bautista, la viralidad del post no es del todo negativo ya que considera que ha despertado interés en la población y permite que seamos más conscientes de lo importante que es la participación de la sociedad en la protección y cuidado del ambiente.
“No obstante, tirar agua en las banquetas durante esta época de sequía realmente perjudica más que ayudar, porque el final de todo, el agua que tiramos a la calle está contaminada”, destacó.
Indicó que, no es buena idea desechar a la intemperie el agua usada de la lavadora, puesto que mucha de la ropa es elaborada por fibras sintéticas, que al lavarse liberan micro plásticos y microfibras lo que provoca medio millón de toneladas de plástico.
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Bautista agregó que incluso los mecanismos como “sembrado de nubes”, en los que se utiliza yoduro de plata, no cuentan con certeza científica sobre su eficacia. Por lo que lo mejor que puede hacer la población es proteger los bosques y áreas verdes: “los bosques son las verdaderas fábricas de agua”.
