Por José Irán Moreno Santos
El pasado 7 de abril se llevó a cabo el primer debate presidencial entre los aspirantes a presidir el Poder Ejecutivo en nuestro país.
De las pocas propuestas expuestas no hay tres proyectos y tampoco hay tres visiones diferentes de país y el aspirante a presidir nuestro país proponen el mismo México presidencialista, centralista, seudo democrático y paternalista.
No hay un verdadero planteamiento de cambio de régimen, buscan el gobierno para profundizar los supuestos cambios que hoy se han venido dando en este gobierno de la cuatro T, otra candidata según escuchando y viendo el debate sólo hará algunos cambios, pero mantendrá el régimen tal y como lo diseño el PRI, lo gano el PAN en el 2000, lo volvió a ganar el PRI en el 2012 y que ahora Morena lo tiene con rasgos más de control político.
En este primer debate no hubo claridad en las propuestas de los candidatos, tampoco mostraron la visión de país que quieren impulsar, perdieron una gran oportunidad de comunicarse con la sociedad.
No hubo propuestas innovadores, nuevas, creativas y progresistas profundas, que le cambien el rostro que hoy tiene el gobierno de nuestro país producto de los autoritarismos del PRI, matizados por el PAN y hoy restaurados por MORENA.
Proponen gobernar con lo que se tiene sin grandes transformaciones que modernicen al Estado mexicano que lo haga más eficiente, eficaz y expedito, pero sobre todo un Estado de Bienestar Social, Democrático y de Derecho, que por lo que veo no lo entienden y tampoco tienen interés en entenderlo porque no hay liderazgo político para impulsarlo.
Ninguno de los tres candidatos tiene una narrativa propia de una construcción política ideológica que muestre sus raíces políticas y su compromiso social y democrático con un país que hoy se encuentra dañado por el crimen organizado, la corrupción, la opacidad y la inexistente rendición de cuentas.
Está muy claro que la disputa es por el poder y no por el gobierno; es una disputa por tener el control de los negocios, de las definiciones administrativas, de los dineros, de la corrupción, del monopolio de la fuerza y sobre todo de una silla que pierde su valor cada seis años.
No quieren el gobierno, porque si quisieran el gobierno los planteamientos que pudiéramos haber escuchado en este debate tendrían que haber sido sobre democracia, transparencia, rendición de cuentas, combate a la corrupción, un nuevo modelo de gobierno, un acercamiento frente a la ciudadanía y juntos enfrentar el crimen organizado con la participación todas y todos los ciudadanos, el México del siglo XXI quieren controlarlo como lo controlaron en el siglo XX y por lo menos hasta este primer cuarto de siglo pareciera que se repite y repiten el mismo patrón.
La inmediatez, lo urgente, lo rápido y fácil es hoy la política de los candidatos, no hay perspectivas de Estado, no hay visión de nación y tampoco hay proyecto de nación, solo actitud de administrador.
Este debate deja claro que no tienen referentes ideológicos, no son políticos formados en valores y principios de la izquierda o la derecha sino que echan mano de ambas ideologías para buscar congratularse con un sector empresarial y clases medias que buscan atraer para que los voten, y son falsas cuando dicen que México requiere profundizar el cambio o retornar a la democracia como si la democracia estuviera en riesgo, lo que está en riesgo es el sistema de partidos que no son nada democráticos y el régimen político que puede cerrarse y convertirse en autoritario y despótico o liberal y libertario sin responsabilidad social alguna.
El debate dejó importantes lecciones a los que los seguimos, y es que ninguno de los candidatos ganó, ganamos los ciudadanos al observar cómo cada uno de ellos nos buscaban decir que son aptas para gobernarnos.
Nos dejó claro que tienen diferentes estructuras mentales y que pueden estructurar discurso, respuesta y ser metodológicos o no.
No dejó ver su temperamento, sus gestos y reacciones ante lo inesperado y lo más importante sus propuestas que si bien limitadas e iguales representan lo mismo con matices diferentes.
Este es el nivel de políticos que tenemos en nuestra seudo democracia mexicana.
Esperemos un segundo debate que no creo sea mejor que el pasado porque ya está todo dicho, expresado y mostrado.
Cambió mi sentido del voto, voy a decir que no, pero si afianzo mi idea que México no necesita este tipo de políticos que no tienen visión de Estado, no tienen referentes ideológicos y menos valores y principios democráticos y crean que pueden construir un Estado Social, Democrático y de Derecho
NOTA DE PROTESTA
Condeno la incursión armada cometida por autoridades ecuatorianas en la Embajada de México, mi solidaridad a los funcionarios mexicanos que laboraban en esta misión diplomática de la Secretaria de Relaciones Exteriores.
Saludo la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que demanda el alto al fuego en Gaza, ahora se requiere el retiro de las tropas israelíes de Palestina.
