Después de 9 meses desde que inició el proceso electoral, tanto en lo federal como en lo local, así como después de 3 meses de campañas electorales federales y un mes de las locales, a 20 días de la jornada electoral, así como de un ambiente de inseguridad que ha generado momentos difíciles en el desarrollo de las campañas electorales, justo en este contexto, inicia el 14 de junio el mundial de futbol en Rusia.
El tema del mundial no tendría tanta consideración, sino fuera por el hecho de que en la cultura mexicana no hay otro elemento de unidad y atención mayor, que la selección mexicana y su participación en el mundial. Más cuando, cada 4 años el tema de la selección se convierte en un tema de debate permanente, en aspectos como, si la selección podrá acceder al 5° partido o no. Pero no sólo es eso, sino también, se pone a debate social, desde cosas como, el quehacer de los seleccionados antes de irse a Rusia, como deben de jugar o como no deben de jugar, si el entrenador Osorio debe de respetar una sola alineación, entre otros muchos temas. Pero, además, resulta que los mexicanos nos encontramos entre los primeros lugares de asistentes a los mundiales en cada sede que se lleve a cabo, lo que en Rusia no será la excepción.
Todo ello, hace pensar que a partir del 14 de junio las miradas de la sociedad mexicana ya no será hacia las campañas electorales y candidatos, sino hacia lo que suceda en Rusia, y de forma especial, lo que le acontezca a la Selección Mexicana de Fut bol.
Si en la vida política las posturas encontradas son un factor determinante de la cultura y percepción de la sociedad, en el caso del mundial, todo cambio, y la unidad hacia el deseo de triunfar por parte de los seleccionados nacionales, se convierte en la postura social. Así, ambos son puntos distantes de una misma sociedad que vivirá durante 20 días esos parámetros sociales tan distantes.
Sin duda, el interés social se enfocará hacia los resultados que se estén presentando en el Mundial, por lo que, seguramente, la elección pasará a segundo plano y veremos hasta donde el fenómeno del mundial se convierte en un factor que pueda determinar en la participación ciudadana el 1 de julio, e inclusive, hasta dónde se puede generar impactos por el fenómeno del fut bol, en los resultados de las mismas elecciones.
Es así, que las elecciones pasarán a segundo plano y el fut bol tomará los primeros lugares en los medios de comunicación, la opinión pública, las pláticas sociales, laborales, comidas, cenas y cualquier lugar del país. México es un país políticamente muy futbolero.