Hoy el mundo se encuentra consternado, la política migratoria de los Estados Unidos de América dista de ajustarse al sentir y entender de los derechos humanos, llevan en la imaginación a los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial o a la prisión de Guantánamo.
Separar a niños de sus padres, y enjaular a los primeros como animales son varias faltas y violaciones de los derechos humanos de los menores, en primer lugar se les quita el derecho de ser parte de una familia, de estar con sus padres, recibir el amor y los cuidados de ellos; en segundo lugar, encerrarlos transgrede la dignidad de esos niños, se les da trato de delincuentes sin serlo, mucho menos se les garantizan y ni se les otorga seguridad jurídica.
El gobierno del país vecino del norte ha tomado una pésima decisión en materia de derechos humanos, no puede presumirse como una nación democrática, ni mucho menos alardear por el mundo de ser los grandes demócratas y libertadores del planeta si han dado una muestra de crueldad contra los inmigrantes y sus menores hijos.
País y gobierno que no reconoce, garantiza y respeta los derechos humanos no puede presumirse como una democracia, y con ese repugnante acto, en este momento Estados Unidos no lo es, pinta más hacia el fascismo que hacia las libertades y la vida democrática.
Las naciones del mundo, todas en su conjunto deben gritar al unísono para detener tal barbarie, principalmente los países latinos, que son los que más inmigrantes tienen en la nación de las barras y las estrellas, es inaceptable el silencio.
Facebook Hugo Gama Coria
