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OPINIÓN / Un freno electoral

  Por Óscar Carbajal Pérez

Sin duda cuando todo esto pase, no seremos los mismos, bueno, eso espero, alguna buena lección nos debe dejar esta contingencia que se ha activado. Por el momento, comencemos a analizar algo que preocupantemente se ha detenido, la vida democrática de nuestro país.

Cada vez nos acercamos más al inicio del proceso electoral 2020-2021, en el cual se habrán de renovar (bajita la mano), 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, cerca de 2000 ayuntamientos y algunas elecciones de los congresos locales en los estados; una cosa de locos lo que se viene para la democracia de México.

No he quitado el dedo del renglón para señalar que, cada uno de los procesos que se viven tiene su peculiaridad, en este, la ideología de izquierda está al frente de todo pareciendo una aplanadora a ciegas, la lucha por la sobrevivencia de algunos institutos políticos y el reto de ver que fuerza tienen otros, es lo que también se ve. Pero, sin dudas, las reglas y los actores que estarán aún no se ven claros y ese es el tema medular de estas líneas.

Recientemente, la cámara de diputados aprobó la regulación de la elección consecutiva, para todos aquellos representantes populares que están en algún cargo actualmente, puedan participar en los comicios electorales del próximo año, lo cual, ya existía, aunque no del todo como se decretó ahora. En 2014, al promover una reforma electoral fast track, se olvidaron varias regulaciones, entre las que se encontraba esta, lo interesante ahora, es ver que eco tiene en la sociedad, después de que por más de cien años nos han inculcado el sufragio efectivo, no reelección.

Aunque tengamos uno de los mejores sistemas electorales del mundo, con reglas especificas para las campañas, comunicación y una fiscalización considerada de las mejores, no podemos dejar de mencionar que cada uno de estos, también tiene que ser adecuado a lo que se está viviendo actualmente, no es igual el estar utilizando dinero en 2015, que ahora en 2020 o el modelo de comunicación que se emplea en nuestros días, al que se trataba hace cinco años; el claro ejemplo, en cómo se encuentra nuestra moneda ante la de otros países y el cómo fluye la información más rápido que nunca.

Este tipo de regulaciones no han llegado de manera firme a las leyes y seguimos construyendo justicia a modo de vivencias e interpretaciones de lo que la ley ordena, esto después de haber pasado una y otra experiencia en los campos electorales, demostrando que cada voto cuenta, promoviéndolo y cuidándolo, para concluir con que la ciudadanía es el elemento fundamental de esta receta llamada democracia.

La composición de cada uno de los órganos electorales, así como de las leyes, deber ser reconocida, estudiada y avalada para poder funcionar, lo que a raíz de la cuarentena en la que tenemos que estar y las medidas que se han implementado, se tuvieron que frenar, ¿A que me refiero? Hay un tiempo límite para emitir las reglas del juego y no se tienen aún en lo federal, para después poder armonizarlo en lo local; y no tenemos integraciones completas de los institutos electorales encargados de organizar las elecciones federales y locales.

El próximo 31 de marzo, acaba el mandato de cuatro de los once consejeros del INE, lo cual, en cierto punto, puede detener acciones elementales para la organización de las elecciones federales, en las que se trabajaba ya. Además de esa, existe otro inconveniente con el que estos cuatro consejeros acaben su periodo, dejarían al consejo general del INE con siete integrantes, y con procesos en puerta de designación de consejeros locales, como es el caso de Michoacán, pero buscando interpretar leyes, ya que de acuerdo a la norma, se necesitan ocho votos de consejeros del INE para poder designar a estos consejeros locales.

Es interesante ver como se analizara esto, ya que en Michoacán solo tenemos a cuatro de los siete consejeros, por lo que urgía que se completara el proceso de designación, ya que no existe margen error para las ausencias, de lo contrario no podría sesionarse alguno de los temas que están programados en pro de la organización electoral. Sin dudas, el horno no está para bollos y es claro, también justificable, el que los procesos para elegir a los árbitros electorales se suspendieran hasta que las condiciones sanitarias sean optimas en la sociedad.

El freno que vino a poner el virus, ha golpeado también en la política y nos ha hecho ver que muchas cosas pueden pasar en los últimos meses, los cuales son cruciales para poder estar hablando de la elección más grande de la historia moderna de México.

La solides democrática de la que hemos presumido en muchas de las ocasiones, estará en juego, desde las decisiones que se tomen en los órganos administrativos, tanto como las que se tomen en los órganos jurisdiccionales. Todos somos consientes de la situación que se vive, pero les repito, confió en que esto pase y ese freno genere un impuso para consolidar el sistema democrático mexicano.

Pero, ¿Por qué vengo a hablarles de elecciones cuando atravesamos algo tan complicado? A lo que solo responderé, la democracia es un tema de todos los días, como ciudadanos somos responsables de lo que sucede con las personas que están en el cargo, porque nosotros los hacemos llegar y si descuidamos un poco el tema, solamente seremos observadores, dejando a un lado que la democracia participativa va más allá de solo emitir un voto.

Cada vez es más cercano el día de saber que tanto se merece o no nuestro voto aquella persona, las elecciones son el 6 de junio de 2021, a más de un año aún, pero hoy, estamos a menos de 180 días de que el proceso electoral inicie, de que todos los días y horas sean hábiles y que esto se convierta en un campo de estrategias. Por lo pronto, el sistema político-electoral, como Cerati, despiértenlo cuando pase el temblor.

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