Héctor Tapia
En las últimas dos semanas se ha intensificado, por varios frentes, campañas contra Raúl Morón Orozco, presidente municipal de Morelia, la cual ha abarcado desde medios tradicionales, plataformas digitales, y a su vez en tierra.
No se tratan de cuestionamientos políticos o al ejercicio de gobierno, que, en un ámbito democrático son más que necesarios para equilibrar la balanza y señalar los aspectos donde se requiere quizá una revisión. No.
Hay cuando menos dos ejemplos que son dignos de señalar porque con esto se podría dar por inaugurada la etapa de difamaciones “desde lo oscurito” no contra Morón, sino entre la clase política, y más en contra de quienes son visibles alternativas para ser candidatos por sus respectivas fuerzas políticas. Esto a dos semanas de que inicie formalmente el proceso electoral 2021.
Estas campañas tienen un claro objetivo, generar un ambiente de confusión y alimentar la confrontación a partir del enojo, justificado o no, que tiene la sociedad ante algunos aspectos que no han encontrado una solución de fondo, pero que la única vía para dirimir es la democrática, en la discusión y confrontación de ideas.
De una ha trascendido que fue impulsada por el senador Ricardo Monreal Ávila, la otra, aún no se adjudica un responsable, pero se operó al estilo de los grupos delincuenciales, al colocar lonas con mensajes en varios puentes peatonales.
Hace unos días en un “trascendido” del medio nacional Milenio, en el área editorial, no sólo se aseveró y vinculó al alcalde moreliano con el caso Lozoya, sino que además se aseveró que estaría por dejar el cargo.
Aspecto que fue atajado de inmediato por el mismo presidente municipal quien desmintió alguna conexión que se señala, así como también que fuera a dejar la presidencia municipal.
Días después, en algunos editoriales, también, se destapa la autoría de esta acusación, y –según varias publicaciones- la fuente fue el senador morenista Ricardo Monreal, quien tiene a su preferido para impulsar a la gubernatura de Michoacán y es su compañero de bancada Cristóbal Arias.
Y, la segunda referencia, fue la colocación de mantas en varios puentes peatonales, donde en algunas notas se consigna que habrían sido familiares los que las colocaron, donde se le acusa a Raúl Morón de la muerte del joven Julio César, Julín, a manos de elementos de la policía municipal, quienes fueron separados de sus cargos, así como también se separó a la comisionada de seguridad, Julisa Suárez.
Sobre esto último, la propia familia de Julín salió a desmentir y deslindarse “total y enérgicamente” de dichas mantas, donde se ha utilizado como estandarte “la lamentable muerte de nuestro hijo”, destacaron la mañana de este jueves.
“Instamos de la manera más amable a los medios de comunicación a no emitir notas falsas a nombre de nuestra familia, ya que ello entorpece el proceso. Nos reiteramos en la mejor de las disposiciones a colaborar conjuntamente con las autoridades correspondientes para que el caso de nuestro querido hijo “Julín” sea investigado apegado a derecho”, remarcan en su documento de desmarque.
Si esta será la tendencia y la tónica, más allá de Raúl Morón, sino entre los distintos actores, partidos, aspirantes, organizaciones, se advierte que lo que está por venir será mucho más intenso en la utilización de cualquier mecanismo para generar fake news, desinformar, confundir, difamar, para afectar al contrario. Como dicen, la “temporada de patos” formalmente ha iniciado.
