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#OPINIÓN // Los olvidados de la educación

Oscar Carbajal Pérez

Cada año millones de niños y jóvenes ingresan a las aulas para cumplir un sueño, muchas veces no es propio y es impulsado por la familia, pero al final, van por un objetivo, tener educación.

Y hablo de la educación pública y gratuita, la académica, esa que se nos ha dicho en infinidad de veces, nos va a sacar de vivir en condiciones precarias y ayudará a construir un futuro que nos beneficie, que a algunos los llevará a la luna, a otros a ser presidentes y a otros a cambiar al mundo con sus ideas e investigaciones; hoy esa educación en México, esta en la cuerda floja.

El regreso a clases era inminente, no se sabía bien como, pero se tenía que dar. Así pasó, después de anuncios, convenios y demás, con bombo y platillos, desde el rincón número uno de noticias calientitas, “la mañanera”, se dijo que las clases serían transmitidas por televisión abierta y que así nos mantendremos en nivel básico, al menos, hasta que las condiciones sean adecuadas para regresar a clases.

México, tristemente, no es el mejor lugar para instalar un sistema de clases como ese que, desde el federal se puso en marcha. Y no digo que esté mal, pero la planeación una vez más le jugó mal a los cuatritranformadores, con acciones que los llevarán a traicionar lo dicho por el presidente de la republica, “los pobres primero”, ¿Adivinen quienes son los primeros que no podrán acceder a clases?

Todos sabemos que se dio un cambio en las comunicaciones del país, dejando atrás las señales análogas por las digitales, eso era lo siguiente: tienes una pantalla con señal digital que su costo está arriba de los 2000 pesos o compras un decodificador para tu TV tradicional (mismo que iba de los 500 a 1000 pesos). Este cambio, hoy es el que tiene en aprietos a la educación, no todas las familias del país tienen acceso a la señal digital de la televisión y no todas las familias cuentan con una TV en su casa.

La educación al cambiar de modalidad y estar dentro de mecanismos digitales, deja fuera a miles de personas que con mucho esfuerzo estaba acudiendo a las aulas y, por más que existan maestros con buenas voluntades de dar clases a todas y todos, no es posible. Los alumnos de la sierra Tarahumara, los cercanos a la Selva Lacandona, las partes alejadas de Oaxaca o es más, no irnos tan lejos y ver que en Morelia, miles y miles de niños sufren por tomar una clase adecuada sin estar pensando en que la falta de dinero en casa, les arrebató la oportunidad de estudiar.

Muchos estudiantes tenían que recorrer a diario, horas y kilómetros de camino para poder llegar a sus aulas, con la ilusión de estar un día, gracias a la academia, en un mejor lugar, con condiciones de vida buenas y con aspiraciones enormes. A ese esfuerzo de recorrer entre ida y vuelta toda una travesía, se le deben reconocer los esfuerzos que se hacen por parte de los padres para conseguir el material didáctico y los recursos necesarios para que sus hijos no dejen de tomar clases.

De acuerdo a datos del INEGI, solo el 45% de las casas en México tienen una computadora, además de eso, el 48% de las casas no cuentan con internet, lo que nos lleva a analizar que, la plataforma “aprendeencasa.sep.gob.mx” no será un éxito como se prevé. La pobreza en México es problema que afecta diariamente desde diferentes puntos de vista, hoy nos enfocamos en la educación, porque se supone que la educación es un factor necesario para acabar con la pobreza.

Lo repito, no está mal que se actúe con ideas nuevas como transmitir clases por televisión abierta, así como crear plataformas en internet para seguir con la educación, el problema es ¿Dónde quedan las personas que se perderán estas clases por no tener televisión? ¿Aquellas personas que no tienen para pagar internet como acreditarán las materias? Podrán decir que las ganas de salir adelante se verán en el esfuerzo de cada estudiante por conseguir lo necesario, pero siendo muy sinceros, la educación contra el sustento básico de alimentación, no tiene lugar en las prioridades.

Hoy, la educación ya no es gratuita y aunque duela reconocerlo, es demasiado selectiva. Llevamos meses dentro de la pandemia creada por el Coronavirus, en la cual, se nos vuelve a demostrar que la sociedad está en un ambiente de vulnerabilidad ante lo que se presenta y la capacidad de reacción es muy poca.

Ya lo he dicho antes, estar en una republica es poner todos unos granitos de arena para salir adelante. Como sociedad nos toca ser solidarios con aquellos que tienen ganas, pero no tienen medios, con esas personas que sueñan que, por medio de la educación contribuirán con un mejor futuro. Tal vez estar detrás de una computadora escribiendo esto es fácil, pero aún soy de los que creen en la posibilidad de cambiar las cosas por medio de la educación y sobre todo, de la solidaridad con los demás.

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