Por: Héctor Tapia
Con todo, ahí está el PRI, puesto y dispuesto. A pesar de ser el partido menospreciado y vapuleado en el Equipo Por Michoacán, poco a poco, casi en silencio, se va acoplando a un proyecto político electoral donde no tiene cabida.
Cuando menos esa es la lectura que se ha venido alimentando desde que arrancó este proceso.
En realidad los tres partidos políticos de esa alianza electoral, dispar, desde el PAN, hasta el PRD como el PRI, han sido sometidos por las decisiones de sus dirigencias nacionales so pretexto de un proyecto mayor donde los principales actores de las tres fuerzas políticas han pasado a segundo término, a un segundo plano.
En cuanto al PRI, el encare del PAN fue tajante al principio: “aceptaremos ir con el PRI sólo si él no encabeza” para la gubernatura del estado, haciendo el trabajo sucio del PRD para cerrar la pinza y obligar prácticamente al PRI a sumarse a la determinación de un proyecto que parece ser más silvanista que ciudadano.
En esta lógica, los aspirantes a la gubernatura del PAN como del PRD han tenido que disciplinarse a los designios nacionales; sin embargo, aunque pareciera previsible que en el PRI también lo harán, teniendo perfiles relativamente competitivos, también se han tenido que “tragar” el menosprecio hacia ellos, muchos de ellos que han venido construyendo proyecto desde hace tiempo, como lo son Víctor Silva, Valentín Rodríguez, o la misma Adriana Hernández.
Es previsible una invitación también a Carlos Herrera para que también se registre por el tricolor; ¿qué argumentos presentarán a sus aspirantes para que se conformen con no haber llegado o haber sido contemplados?
Herrera Tello no es de todo el agrado de los priistas, pero a regañadientes se sumarían.
Por otro lado, también se puede observar que en Morelia, donde el PRI tiene fuerza importante también, va solo. Cierto, el PRI tampoco se ve respaldando a Alfonso Martínez, donde el PAN ya lo aceptó como precandidato, y está en vías de construir una candidatura común con el PRD. Pero, vuelven a excluir al PRI.
A la luz del avance del proceso electoral, se deja ver al PRI como una fuerza necesaria para ganar pero no deseada para que protagonice o encabece posiciones, a pesar de haber sido el partido más votado en lo individual en el proceso electoral pasado.
Hay mucho por ver todavía; sobre todo, si se aceptará todo este sometimiento bajo el argumento de un equipo que, de pronto, parece sólo ser equipo para unos.
