El reconocimiento jurídico, así como la adopción ciudadana del derecho a la información trae consigo nuevos paradigmas. En los procesos electorales que se registran en el país como fuera de este encontramos un factor ineludible que juega un papel importante en la decisión ciudadana para ejercer el voto: manifestar opiniones, emociones, sentimientos, posturas y debatir hechos públicamente como el de #LadyBolsita.
El papel que la democracia 2.0 juega en las decisiones políticas es cada vez mayor. En estos días Eva Cadena o #LadyBolsita se convirtió en la protagonista de la historia de corrupción e intriga que envuelve el ambiente electoral del país y actualmente su nombre es trending topic entre las principales redes sociales, en México. Su culpabilidad y defensa se realiza a nivel mass media; desde las plataformas cientos de jueces han declarado a Cadena culpable y a decir del columnista Julio Hernández es la reedición del Bejaranazo.
Este videoescándalo difundido en redes sociales obligó a Cadena a declinar la candidatura por el municipio de Choapas, Veracruz y quizá abandonar MORENA para enfrentar los cargos morales y jurídicos que conllevan sus acciones sola.
Hace años el videoescándalo de René Bejarano no tuvo el mismo impacto que hoy la Democracia 2.0 logra al permitir que millones de voces se alcen en contra de una persona. La diferencia entre Bejarano y Cadena es que él apareció en televisión y ella en redes sociales. Él pidió ligas y ella bolsita, pero con el mismo hecho.
En la era digital los actos de corrupción y deshonestos son más visibles, como lo son también aquellos de humanidad y solidaridad. Y es que en la red todas nuestras acciones dejan huella y quienes accedemos a las redes también somos constructores de las historias que todos los días se tejen en este universo virtual, y que quizá se entreteje en los intereses de la política electoral…