Un michoacano oriundo de Lázaro Cárdenas se encuentra entre los 21 heridos que sobrevivieron al ser abandonados en la caja de un tráiler en San Antonio, Texas, tras horas de encierro, junto a otras 70 personas más, a temperaturas superiores a los 40 grados centígrados, sin agua y con apenas 4 hoyos para respirar.
José Concepción Ibarra Cárdenas, era propietario de una carnicería que la traspasó a un familiar en la tenencia de Caleta de Campos, donde trabajaba para mantener a 3 hijos y su esposa Rosa, quien ahora busca una visa humanitaria que le permita estar junto al jefe de familia, que había decidido buscar el sueño americano.
Preocupada por Concepción recuerda que hace dos semanas determinó viajar a Reynosa para reunirse ahí con otros migrantes que como él intentarían cruzar la frontera norte, pero luego de días de no saber de su situación fue informada que se encuentra hospitalizado y entubado, ya que fue localizado a gran distancia del tráiler, golpeado, con costillas rotas y problemas en los riñones.
La falta de recursos ha impedido que Rosa se traslade a la capital michoacana a realizar los trámites del pasaporte ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, por lo que ha mantenido solo contacto telefónico con personal de la dependencia, que ya ha comenzado a orientarla.
Ante la tragedia, autoridades migratorias han reiterado la advertencia de los riesgos que enfrentan los indocumentados, al señalar que diferencia de años atrás el flujo es controlado por el crimen organizado, que cobra desde 5 mil 500 hasta 35 mil dólares por trasladarlos en condiciones infrahumanas.
Hasta el momento de manera oficial solo se tiene confirmada la presencia de un michoacano entre los heridos, pero se desconoce el origen del resto de los migrantes, que fueron trasladados del lugar donde fue abandonado el tráiler por particulares con rumbo desconocido.
Diez los inmigrantes muertos hallados en tráiler de Texas
Dos personas que estaban en el camión donde hoy fueron hallados muertos ocho inmigrantes fallecieron horas más tarde en un hospital de San Antonio (Texas), confirmó a Efe una portavoz de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en esa ciudad, Nina Pruneda.
La portavoz no dio más detalles de esta tragedia de la que ICE y políticos locales han responsabilizado a traficantes de personas.
Thomas Homan, director interino de ICE, catalogó hoy el suceso como un “acto atroz” liderado por una red de tráfico de personas sin escrúpulos, a la que “no le importa la vida de las personas con las que comercia”.
El conductor del camión, identificado como James Bradley, es por ahora el único detenido y puede llegar a ser acusado de cargos penales tanto estatales como federales.
Tras ser avisada por un empleado de un centro comercial al que una persona le había pedido un vaso de agua en el estacionamiento de la tienda, la policía se presentó allí y encontró dentro de la parte trasera del camión de 18 ruedas a ocho personas muertas, de las cuales dos eran menores de edad.
Se cree que murieron por asfixia o un golpe de calor, pero la causa debe ser aun determinada por el médico forense del condado.
En el camión había también otras 30 personas, de las cuales 17 fueron trasladadas en helicópteros a dos centros de salud en “estado crítico o muy grave” y las restantes fueron llevadas a cinco hospitales de la zona.