Metapolítica
Ciudad de México.- Un tercio de los menores en edad escolar, por lo menos, no cuentan con condiciones de acceso al aprendizaje a distancia en América Latina, Asia y África. En números, son 600 millones de niños y adolescentes los que aún se ven afectados por el cierre de las escuelas, asevera el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en lo que fue un nuevo llamado a abrir los centros escolares.
En esas regiones, 18 países y territorios mantienen cierres totales o parciales, advierte, pero reconoce que los gobiernos enfrentan una “disyuntiva imposible: cerrar sus comunidades o ayudar a facilitar la propagación masiva de una enfermedad peligrosa”.
Además, subraya que las escuelas deberían ser las “últimas en cerrar y las primeras en abrir” y los planteles de primaria y secundaria “no están entre las principales impulsoras de la transmisión”.
En ese sentido, el organismo multinacional instó a los estados miembros a aplicar medidas, entre ellas, abrir las escuelas “lo antes posible, y su reapertura no ha de depender de la vacunación de todos los profesores y alumnos”.
“La vacunación de los trabajadores de primera línea y de quienes corren más riesgo de sufrir enfermedades graves y de morir continuará siendo una prioridad”, señaló.
Además, pidió a los gobiernos y los donantes garantizar presupuestos destinados a la educación, ya que en la medida en que las escuelas reabran sus puertas, “es necesario ampliar el número de niños matriculados e incluir a los que no asistían a clase antes de la pandemia de COVID-19”.
La Unicef afirma que esto puede realizarse eliminando barreras financieras, proporcionando recursos de aprendizaje, ajustando requisitos de inscripción y ofreciendo programas flexibles, tanto en planteles como en programas no formales, por lo que advierte que matricular a todos los nuevos alumnos en la escuela, independientemente de su edad, “es una estrategia clave”.
Con información de La Jornada
