Por Héctor Tapia
Si bien ya se venía esbozando el interés del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla por el puerto de Lázaro Cárdenas, desde que éste era legislador local, este martes comenzó a mostrar características que apuntan al aprovechamiento de un mercado apenas en proceso de explotación, que es el mercado asiático.
El planteamiento del puerto de Lázaro Cárdenas más allá de una puerta o punto nodal y de paso de mercancías, como ha venido funcionando, proyecta a la zona como lo que ha venido insistiendo: la posibilidad de anclar inversiones, generar empleos, y tratar de re impulsar la actividad económica, comercial, industrial tanto de esa zona del estado, la misma entidad y el país.
Para ello, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla tiene el principal reto de conseguir y concretar el respaldo de la federación para declarar a la región de Lázaro Cárdenas como Zona Libre Fronteriza, la cual con los incentivos fiscales que contempla, atraería inversiones que ayudarían a sacar del estancamiento económico al estado.
Ahora, ¿por qué la visita de los diplomáticos del sureste asiático es tan relevante?
La razón es simple: el mercado asiático representa en su conjunto una posibilidad de comercio potencial para un estado como Michoacán, ya que no sólo es logísticamente relevante para el comercio entre ese continente, Estados Unidos y Sur América, sino que es un estado productor agroalimentario que tiene entre sus productos una posibilidad de comercio que ayudaría impulsar el crecimiento económico de los productores del campo michoacano, por poner un ejemplo.
El poner la mira en Asia, y no sólo en Estados Unidos, abre un abanico de posibilidades de potenciales negocios para el estado.
A los embajadores de Vietnam, Nguyen Hoanh Nam; de Indonesia, Comas Cheppy Triprakoso; de Tailandia, Paisan Rupanichkij; Malasia, Muzafar Sha Bin Mustafa, y el cónsul general de Filipinas, John Reyes, el gobernador de Michoacán hizo un claro planteamiento: el puerto de Lázaro Cárdenas tiene una reserva territorial de 2 mil 600 hectáreas nada despreciables para la atracción de inversiones, por lo que su potencial de crecimiento todavía es mayúsculo, respecto a otros puertos del pacífico mexicano que ya no tienen espacio y están a su límite.
Yendo más allá, el potencial de desarrollo en Michoacán no sólo se localiza en el puerto de Lázaro Cárdenas, con las ventajas ya expuestas, sino que además hay otras zonas donde se ha venido proyectando como estratégicos para el aprovechamiento de las vocaciones que tiene el estado, como la zona del Bajío, que también ofrece ventajas logísticas por su cercanía con centros comerciales en el centro del país.
Es entonces, a partir de este encuentro, y prácticamente al arranque de esta administración, en que se muestra un poco de más claridad en la política de desarrollo económico del estado, que, a diferencia de la administración pasada, que se centraba fundamentalmente en la producción agrícola primaria, ahora busca empujar otro tipo de crecimiento e inversiones.
Frente a esto quedan varios aspectos que resultan retos y complicaciones: la seguridad y el estado de derecho. Ambos aspectos han afectado la certeza y han afectado la intención de inversiones. Esto está íntimamente ligado con la violencia criminal, pero también con los constantes bloqueos (las vías férreas las más recientes, que suman ya en ésta última casi 90 días) por grupos sociales o sindicales, afectando económicamente a quienes ya han invertido en Michoacán.
A estos proyectos se les debe meter el acelerador, así como a la estabilización de la entidad, al menos en los siguientes tres años, que son los últimos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien deberá entender que su voluntad política para agilizar esto es fundamental para que pueda concretarse el desarrollo y crecimiento del estado, fundamentalmente si no tiene en la mira proyectos o inversiones productivas y de infraestructura de gran calado que re impulsen la economía de la entidad.
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