Son dos mensajes claros y contundentes: uno, los perredistas que apoyan a Andrés Manuel López Obrador no renunciarán al partido; y dos, desde el partido harán todo lo necesario para mover estructuras del partido del sol azteca a favor del proyecto del tabasqueño.
Es cierto, a nivel nacional el Comité Ejecutivo Nacional del PRD ha decidido suspender los derechos políticos como militantes de 14 figuras perredistas que sin tapujos han externado su claro e irrevocable respaldo a López Obrador; esto como parte del proceso de expulsión que está en manos de la Comisión Jurisdiccional del partido. En Michoacán se hizo lo propio; el Consejo Estatal destituyó por acuerdo a 5 de sus secretarios del Comité Ejecutivo Estatal.
Sin embargo el PRD enfrenta una serie de complicaciones que podrían convertirse en un verdadero problema al interior del partido; las determinaciones tomadas por el partido dejan ver cierto dejo de autoritarismo al no haber brindado derecho a defenderse a quienes ha acusado y castigado por haberse manifestado y actuado en contra de la alianza con la derecha, y en consecuencia en contra del llamado Frente Ciudadano.
Cierto también, hay un doble juego de quienes han decidido tener un pie en el PRD y poner el otro en Morena; pero esto no debería avalar la posibilidad de que quien esté acusado pueda defenderse. Sería contradecirse en el principio básico que enarbola el propio nombre del partido: democracia.
Mientras tanto se abre otro frente para el Frente; de proceder la intención de Carlos Sotelo, otra figura Pro AMLO, de echar abajo todas las determinaciones a través de la judicialización ante el Tribunal Electoral, dado que no se han renovado los órganos de dirección del partido, cabe la posibilidad de que una serie de acuerdos que tome e impulse el PRD al interior del Frente se vengan abajo. Está en manos del Tribunal decidir al respecto.
Lo que sí, es que viene una lucha jurídica al interior del partido; el pretexto se ha dado, jurídicamente no se ha notificado a gran parte de los sancionados, y ese asunto –que no es menor- deja ver que la determinación es más visceral que un procedimiento cuidado para sancionar a quienes han llamado de traidores.
El PRD y sus dos “Frentes” | Héctor Tapia
