“En este año en el presupuesto no nos fue bien en el Congreso de la Unión, y no nos fue bien porque nos está haciendo falta presencia nicolaita a nivel nacional” (rector Salvador Jara, 18 de nov. 2011).
Salvador Jara Guerrero salió bueno para correr y mucho mejor para olvidar. Cuando rector nicolaita se quejaba del escaso presupuesto universitario y no pocas veces hacía pública su inconformidad.
Siendo rector de la UMSNH, de manera fútil intentó las reformas que permitieran amainar la severa crisis económica pero…un milagro le cayó del cielo; un milagro no visto desde tiempos de Genovevo Figueroa Zamudio: lo hicieron gobernador de facto de Michoacán bajo el protectorado del entonces encomendero, Alfredo Castillo, un plenipotenciario presidencial que lo manejó a su antojo, convirtiéndolo en un títere del decadente sistema gubernamental priísta (heredado del perredista).
Ahora la preocupación de Jara ya no se limitaba a los asuntos nicolaitas, sino a todo lo que el virrey Castillo le indicaba. Literalmente se desentendió de la Universidad. El tiempo para ser gobernador era poco, así que debía disfrutarlo como tal desanclándose de los problemas universitarios.
Con Silvia Figueroa, como rectora, el déficit universitario era de 273 millones mientras que con Jara se disparó a mil 116 millones al terminar su rectorado (El Universal 4/05/2015). La gestión de Jara al frente de la UMSNH no pasó desapercibida para la ASF, pues tuvo una serie de observaciones que van desde contrato de personal sin sustento, gastos discrecionales, aviadores y demás actos administrativos ilegales.
Dicho sea de paso, al actual rector, Medardo Serna, como a las capillas, también le ha comenzado a llegar su fiesta, pues según la dependencia federal, suman en su conjunto (según auditoría 2015), “un daño patrimonial a la Hacienda Pública Federal por un monto de 1,036,271,432.05 durante el primer año de la administración del rector Medardo Serna González”.
Hoy como subsecretario de Educación Superior de la SEP, al también exgobernador se le olvidaron las carencias de la universidad. Los argumentos que en el pasado arguyó como rector para recibir mayor subsidio son los mismos testimonios que hoy fustiga cómodamente desde su nuevo cargo federal. En resumen: no hay dinero para rescatar a universidades públicas este año y háganle como quieran… o mejor dicho: si no hay reformas no hay billete y háganle como quieran (así, al chile).
Es la nueva postura de quien luego de dejar la gubernatura, retornó a la máxima casa de estudios, no para devolverle lo mucho que le dio, sino para arreglar en cuestión de horas una recategorización que le permitió jubilarse con el más alto nivel: 50 mil pesos (poco más poco menos) al mes. El trámite tenía que hacerse rápido porque el premio por fungir como gobernador títere le esperaba: la Subsecretaría de Educación Superior.
Y resulta que ese estratégico puesto que se supone daría “presencia nicolaita a nivel nacional” lo usó para fustigar a las universidades públicas, especialmente a su alma mater: la #UMSNH.
Salvador Jara olvidó rápido.
RECTORES PANTANO
Pero el rescate de la universidad siempre ha sido, es y será el discurso de todos los rectores, que no han hecho otra cosa que fungir como pantanos, pues en cada administración hunden y enlodan aún más a la hoy centenaria institución, y Medardo Serna, el actual rector, no es ajeno a este tóxico y crónico patrón de conducta.
El próximo rector, que llegará a principios del año 2019, deberá dejar muy claro cuáles son sus intenciones, especialmente si está a favor o en contra de las reformas.
¡Excelente miércoles para todooooooooos!