Arturo Hernández
Según el Gobierno de México pinta todo el país en semáforo verde de riesgo pandémico del 21 de marzo al 3 de abril de 2022. Parece que el COVID y la pandemia es un tema del pasado.
Citando a Platón: “Buscando el bien de los demás, encontramos el nuestro”. Hoy quiero que nos sumemos en la responsabilidad colectiva de seguirnos cuidando, somos parte de un sistema social que requiere del trabajo conjunto.
Pero ya han pasado dos años desde el confinamiento, un momento que llegamos a pensar que sería de una semana o dos, un tema que por un lado no estábamos preparados, y por otro lado no dimensionamos que estábamos por vivir el evento mundial más emblemático de los últimos 100 años, y vaya que han pasado cosas impresionantes en las últimas décadas.
Pero, ¿qué nos ha dejado esta pandemia? En nuestro país, dentro de los datos reconocidos de manera oficial, se han tenido 5.8 millones de contagios de COVID. Por hacer la referencia, es lo equivalente a la población de nuestro estado.
Pero el dato más triste y escalofriante son las 335,675 muertes recocidas por COVID. Es muy triste, para muchos, y por no decir que todos vimos a un familiar o amigo entrar al hospital por esta enfermedad y nunca los vimos regresar.
Esto es lo que más dolió de esta pandemia, quizá pudimos estar más preparados en el sistema de salud, en asignación de mayores recursos para atender y prevenir los contagios, pero también es importante que esto nos deja un gran aprendizaje, que las malas decisiones del gobierno sumadas a un momento circunstancialmente difícil, puede ser catastrófico.
Y quiero ser muy claro, la pandemia dejó estragos en todo el mundo, pero a unos nos pegó más que a otros. Primero, por no tener un buen sistema de salud; segundo, por no reconocer las carencias, cada día se puso peor.
Se vivieron momentos muy tensos. Primero, el confinamiento, donde muchos se negaban a dar seguimiento; después, vino algunas estrategias más simples y efectivas, como el uso del gel, cubrebocas y la sana distancia, donde fue muy complejo para todos los que promovíamos estas importantes prácticas de prevención, porque el dueño de palacio se negó en todo momento a no usar cubrebocas, e incluso en un momento se atrevió a decirle a la gente que saliera y que se protegiera con un detente. Cabe señalar que si la pandemia fue difícil, con esta necedad del presidente lo hizo aún más difícil.
Después se vino el gran debate de las vacunas, donde más que una estrategia de salud, se utilizó como una campaña política por parte de Morena y los siervos de la nación, donde sus estrategias de vacunación al comienzo eran un verdadero caos, todo por no utilizar el sistema nacional de vacunación y aferrarse a no permitir a las instituciones fuertes de México salir adelante.
Pero aun vemos la resistencia de vacunar a los más pequeños y eso que la Organización Mundial de la Salud lo recomienda ampliamente. Hoy en nuestro país se cuenta con 80 millones de personas con el cuadro completo de vacunación equivalente a sólo el 62% de la población total.
En Michoacán no fue distinto porque presenta hasta la fecha 93,381 casos de COVID en la pandemia, donde lamentablemente 8,767 fallecimientos por COVID de manera oficial, y hago hincapié porque todos sabemos que la Secretaría de Salud falló con los mexicanos en decir los datos reales de las personas fallecidas.
Pero antes de cerrar, yo quiero comentar algo muy claro, que la pandemia no ha terminado. Todo parece que se ha dejado todo en el olvido, pero hay antecedentes en Europa y Oriente donde posiblemente se presente una nueva ola, pero no es necesario experimentar otra vez esta situación, creo que lo más recomendable que, nosotros como ciudadanos, hagamos conciencia social, independientemente de lo que digan las autoridades de salud.
Es muy indispensable que actuemos y hagamos acciones preventivas, que sigamos usando gel y cubrebocas, así como la sana distancia, porque no se si valga apena que nos relajemos y nos volvamos a sacudir. Se y entiendo que la pandemia nos ha golpeado mucho la economía, pero también decir con mucha precisión que podemos retomar nuestras actividad económica y social con las máxima medidas posibles.
Es momento que como sociedad pongamos de nuestra parte y de manera conjunta cuidemos la salud y la economía para construir una nueva realidad para nuestro estado.
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