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#TAN CERCA, TAN LEJOS // Ni Estado liberal, ni neoliberal; sí un Estado social

Irán Moreno Santos

En las últimas semanas hemos escuchado y leído que no es posible que se le entregue el control de una empresa al Estado y que sea esta empresa la que predomine en la relación con las empresas privadas y defina que son preponderantes. Incluso se señala que no era posible entregarle el control a un personaje por su pasado corrupto, el cual sin duda lo es, pero esa no es la discusión.

Hay una mala experiencia de que las empresas que el mal llamado Estado controla son corruptas. Aquí el problema es que el Estado es igual a gobierno y esta concepción es totalmente neoliberal y, por ende, no puede el Estado/gobierno tener empresas estratégicas porque es corrupta y además evita la libre competencia; entonces, cualquier proyecto de país que se quiera definir tiene que estar apegado a la economía de mercado, libre manejo de bienes, a la mano invisible, al individualismo y, por ende, al Estado igual gobierno que sólo tiene la responsabilidad de proteger la propiedad privada, hacer el uso de la violencia cuando se atente contra ella y además no preocuparse por el colectivo social, para eso están las organizaciones de la sociedad civil.

Está claro que este es un proyecto de país que privilegia el individuo por encima del colectivo y que su única finalidad es ensanchar la brecha entre ricos y pobres en México. Modelo que, por cierto, ya fracasó.

Por el otro lado podemos observar que hay un intento de otorgarle al Estado la rectoría en la economía, en los bienes estratégicos, y en el discurso manifiesta que estos serán propiedad del pueblo y para el pueblo. Se habla de soberanía y además se expresa el interés de que esto asegurará mejores condiciones de vida para los ciudadanos. Se intenta crear un Estado paternalista/interventor donde lo colectivo sea más relevante e importante que lo individual.

Está claro que hay dos proyectos de país y una misma concepción de Estado, ambas neoliberales.

El problema que se nos avecina es que ambos proyectos son excluyentes y en el momento en el que uno de los dos proyectos se imponga el otro va a ser excluido, señalado, vilipendiado, e incluso se buscará su extinción, y eso contribuirá, sin duda, a una ruptura más del tejido social que tiene nuestro país.

En palabras simples y llanas: estamos frente a la defensa de un Estado neoliberal por el PRI-PAN-PRD y sectores de organizaciones no gubernamentales contra el intento de construir un estado centralista, interventor y paternalista por Morena, PT, Partido Verde y sectores de la izquierda pura o revolucionaria, por cierto, nada democrática similar a su contraparte. Lo que ambos bandos no se han dado cuenta es que ambos proyectos han fracasado en México y que el grado de descomposición que hoy vive nuestra sociedad es producto de esas concepciones anacrónicas de Estado y gobierno que tienen hoy nuestros dirigentes y gobernantes.

No se debe apostar por regresar al estado neoliberal corrupto que ensanchó las brechas sociales y sumió al 50% de nuestra población en la pobreza, y no se debe construir un estado paternalista, centralista y clientelar que sólo otorga migajas a los sectores sociales menos favorecidos, es autoritario, represor y que sólo mantiene el Estado de cosas sin desarrollo humano y sin beneficios sociales universales.

No al Estado neoliberal, ni Estado liberal construyamos un Estado social, donde todas y todos seamos parte del desarrollo humano, donde todas y todos contribuyamos al bienestar social y exista las mismas oportunidades de acceso a los servicios sociales en igualdad de condiciones, siendo totalmente incluyentes participativos socialmente y donde todas y todos podamos acceder y participar en el manejo de los recursos públicos, su fiscalización y comprobación de que están bien utilizados, donde los que más tienen, más paguen impuestos, y donde esa distribución no sea a través de programas sociales, sino de políticas de Estado, donde el acceso sea universal independientemente de tu condición económica.

Es muy claro que esta visión no la tienen los dirigentes y gobernantes de este país y debe ser la sociedad la que la impulse, la que defina y la que apoye una propuesta de estas características, donde la seguridad seamos todos, donde todos denunciemos, donde todos fiscalicemos, donde todos paguemos impuestos en función de nuestros ingresos, donde todos estemos observando que los servicios sanitarios tengan medicamentos e instrumental para la solución de enfermedades, donde haya matrículas suficientes para estudiantes desde el maternal hasta la universidad, donde los empresarios no evadan impuestos y donde el gobierno no solamente esté compuesto por actores políticos sino que esté compuesto por sectores sociales que tengan acceso también al trabajo en función de sus conocimientos. Se trata de que este Estado, que no es nuevo, que ya ha probado su eficacia y su eficiencia, sea considerado para el futuro de nuestro país.

Ni Estado liberal, ni Estado neoliberal, construyamos un Estado social democrático y de derecho con políticas de Estado a corto y mediano plazo, donde todos los actores sociales, económicos y políticos participen en su diseño, teniendo consensos mínimos para que de ahí se parta en la construcción de este futuro y el primer piso es ser actores verdaderamente democráticos en todos los espacios colectivos.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org

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