Gustavo R. Gallardo / Metapolítica
Morelia, Michoacán.- El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado sobre los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y de un guía de turistas en Chihuahua, dijo que no cambiará su estrategia de seguridad, porque no se puede resolver “de un día para otro” un problema que lleva años y que se propició y alentó durante el gobierno de Felipe Calderón con la complicidad de su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
En conferencia de prensa, el mandatario fue abordado sobre el incremento de asesinatos durante su sexenio si se le compara con los cometidos durante los anteriores recientes.
“No, al contrario, este es el camino”, dijo cuando se le preguntó si cesará su estrategia de no combatir con violencia al crimen, sino con apoyos y educación a jóvenes de comunidades marginadas con el fin de que tengan oportunidades de vida alejadas del crimen organizado.
“Todo esto es el fruto podrido de una política de corrupción, de impunidad, que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”, enfatizó López Obrador.
—Presidente, pero hay más violencia, hay más asesinatos, que [durante] los [gobiernos de] anteriores presidentes —espetó un periodista.
—Sí, porque no se puede arrancar de raíz, de la noche a la mañana, de un día para otro, un problema que lleva años y que además se propició, se alentó.
El presidente reiteró que durante el gobierno de Felipe Calderón, el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue cómplice y protector de un grupo criminal durante ese sexenio, razón por la que se encuentra preso en Estados Unidos a espera de un juicio.
“Lo que sucedió fue gravísimo, lo que pasa es que como era un gobierno de la oligarquía, un gobierno de la mafia del poder, que tenía el control –y sigue teniendo– de medios de comunicación, de intelectuales… pues todo lo resolvían de manera mediática, hasta que la gente se dio cuenta y por eso se llevó el cambio en el país, pero el daño fue muy grave”, acusó.
Y agregó: “Dicen: ‘Es que ahora hay más asesinatos que en la época de Felipe Calderón’. ¡Sí!, nada más que nosotros recibimos los homicidios hasta la punta, hasta mero arriba, y Calderón no recibió así al país. Él lo llevó arriba, y todavía en el gobierno pasado le subieron más”.
López Obrador lamentó que no haya autocrítica de parte del expresidente Felipe Calderón y que prefiera guardar silencio sobre lo que considera son las reales causas de la violencia en el país.
—El mismo Calderón que no habla, no dice…
—Él generalmente defiende que su estrategia de seguridad fue frontal, que tuvo resultados… —le dijo un periodista aprovechando la pausa.
—Sí, la estrategia era responder a la violencia con la violencia, pero ni siquiera parejo, sino con los que tenía acuerdos el gobierno o García Luna, pues podían actuar con impunidad. Los que no tenían acuerdo, pues esos sí eran perseguidos y frontalmente atacados, al grado de que se les eliminaba, era “mátalos en caliente” —respondió el presidente.
Luego mostró una gráfica sobre el incremento de homicidios dolosos desde mitad del gobierno de Enrique Peña (2015) a la fecha:
“No es lo mismo agarrarlo aquí en el 15, que aquí entramos nosotros… Sí, como un 50% de aumento [desde 2015 a 2018], y aquí no hemos aumentado, no ha habido la disminución que quisiéramos, pero hay una contención y hemos logrado, aunque sea poco, bajar”, señaló.
Después, mostró una gráfica sobre el índice de letalidad de las fuerzas armadas durante el gobierno de Felipe Calderón:
“Este es Calderón”, dijo, y prosiguió: “Y a ver, les pregunto: ¿En este tiempo el asesinato de mujeres se clasificaba como feminicidio? ¿Qué no les parece esto extraño? ¿Qué no es esto una guerra, empezando por el número de enfrentamiento? Por eso dice ‘yo los enfrentaba’, ¡claro…! No a todos”.