Por Juan Adolfo Montiel H.
Hoy, 19 de septiembre, recordamos que en 1985 México sufrió un terrible terremoto, principalmente en la capital de la República, terremoto que puso en evidencia la omisión y falta de preparación por parte del gobierno para poder actuar de manera inmediata y salvar a cientos de personas que habían quedado atrapadas entre los escombros.
La sociedad civil se movilizó y organizó, acudiendo a los lugares afectados con sus propios recursos, vehículos o de manera personal para retirar escombros con palas y picos y poder salvar a la gente. Esto generó en México un ejemplo de participación ciudadana para atender los problemas y que no se requería al gobierno para encabezar dichos esfuerzos.
El aciago acontecimiento de 1985 es uno de los que nos ha servido para ir conformando nuestra democracia, tal como fueron el movimiento estudiantil de 1968, pasando por las reformas electorales que generaron una mayor inclusión de los grupos que habían quedado excluidos en la política, en 1977, y el lamentable terremoto de 1985, que fue parte de lo que luego generó la movilización y participación ciudadana en las elecciones de 1988, en las cuales hubo un cuestionado resultado sobre quién ganó esa elección presidencial. Por lo anterior, los sucesos citados son la base para nuestras reformas electorales de 1994, y luego el cambio de gobierno en el año 2000.
El 19 de septiembre de 1985, hoy, con la realización de simulacros y generando conciencia de la participación, es una etapa más de nuestra vida democrática.
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