Gustavo R. Gallardo / Metapolítica
Morelia, Michoacán.- El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado por el periodista Jorge Ramos sobre que su gobierno tiene ahora la mayor cantidad homicidios dolosos si se le compara con los de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa y que la estrategia de seguridad no ha funcionado, dijo que no se trata de algo cuantitativo, sino de que, a pesar de que durante los primeros años se mantuvieron cifras similares de homicidios, estas no aumentaron significativamente y ahora hay una disminución porcentual.
Según los datos del periodista, durante el gobierno de López Obrador se han registrado 126 mil 206 asesinatos; mientras que en los de Peña Nieto y Calderón Hinojosa se reportaron 124 mil 478 y 121 mil 683.
“Su estrategia de seguridad no ha funcionado, la militarización no ha funcionado, su propuesta con Guardia Nacional [tampoco], por eso muchos se oponen a ella, y la idea de ‘abrazos, no balazos’ al final han sido más balazos”, le dijo al mandatario, y le enfatizó que “si no corrige, las cosas se van a poner mucho peor”, porque al término de su gobierno “van a haber 191 mil muertos”.
El presidente le dijo de inmediato: “No coincido contigo, no estoy de acuerdo y considero que no tienes razón”.
Jorge Ramos le respondió que los datos fueron obtenidos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y respondió López Obrador que también sus datos son de la misma instancia, “nomás es cosa de cómo los presentas tú y cómo consideramos nosotros que deben darse a conocer”.
El presidente señaló, apoyándose de una gráfica, que en su gobierno hay habido una reducción en homicidios dolosos del 10.6%, luego de un alza desde el calderonato, de 192.8%, y proseguida por un alza de 59% durante el peñato.
“Y aquí viene lo que tú debes de tomar en consideración”, le dijo al periodista, en relación a que su gobierno recibió un alza de homicidios dolosos, la cual se mantuvo en niveles similares durante los primeros tres años de gobierno, pero no se ha elevado, dijo, sino que ha bajado.
“Nos costó mucho lograr esto, porque la tendencia, si no hubiésemos hecho nada, si no nos hubiese funcionado nuestra estrategia, y hasta la voy a subrayar, de ‘abrazos, no balazos’, que se puede también resumir en que la paz es fruto de la justicia, que no se resuelve sólo el problema de la inseguridad y de la violencia con medidas coercitivas, sino que hay que atender las causas, y que no se puede enfrentar la violencia con la violencia… Nuestros vecinos, amigos, de Estados Unidos, sus gobernantes, son muy dados a eso, a querer enfrentar el mal con el mal, la violencia con la violencia, todo es fuerza. Nosotros tenemos una concepción distinta. Si nosotros evitamos el empobrecimiento del pueblo, si damos oportunidades de trabajo, si mejoran los salarios, si se atiende a los jóvenes que no se atendían, hay resultados”, le dijo al periodista.
Jorge Ramos, después de escuchar el argumento del presidente, le dijo: “La proyección, lo que indica —vamos a suponer que lo que usted dice es correcto y que su estrategia, desde su punto de vista, ha funcionado—, pero es que tiene 84 muertos por día, y si esto lo multiplica por los 25 meses que le quedan, va a ser 191 mil muertos. ¡Eso es una emergencia nacional!”.
Para el presidente dijo que su gobierno reducirá la cantidad de homicidios dolosos y se dijo “tranquilo y optimista”, por lo que no cambiará una estrategia de seguridad que “nos está dando resultados”.
—Yo creo que no debería estar tranquilo, yo creo que esto es una emergencia nacional —le dijo Jorge Ramos.
—No, no, no, no. Tendría yo muchos problemas con mi consciencia, con mi tribunal principal, que es mi consciencia, si yo estuviese mintiendo —le respondió el mandatario.
—No, no, no… No le cuestiono eso, señor presidente. Nadie quiere muertos aquí y menos usted, por supuesto. Es una cuestión de estrategia.
— No, no, no, no… Sí hay quienes quieren muertos, ¡cómo no!, mis adversarios, nuestros adversarios. Los que no quieren la transformación, quisieran muertos…
—Creo que los mexicanos no queremos más muertos —dijo el periodista.
—… Lo deseaban en la pandemia, y los desean también en seguridad, y desean que le vaya mal al país para que nos vaya mal a nosotros. ¿Sabes por qué?
—Nos matan a nuestros amigos, familiares, a todos…
—Claro, aunque sea irracional, porque están muy ofendidos porque se sentían los dueños de México y se dedicaban, que esta es la otra delincuencia, porque aquí estamos hablando de la delincuencia, vamos a decir, organizada, pero en México hizo mucho daño y sigue haciendo también mucho daño, la delincuencia de cuello blanco, los que se han dedicado a saquear, a robar, al país. Ellos son los que quiere que nos vaya mal, para que fracase nuestro proceso de transformación, nada más que hasta ahora, hasta el día de hoy, no han podido, con toda su campaña en contra, todos los medios de información convencionales, que antes se dedicaban a aplaudir, a quemar incienso, a los gobernantes, y que ahora se dedican a atacarnos, día y noche, no han podido, ¿y sabes por qué? —que lo tenemos que celebrar, que es lo que me tiene muy contento y optimista—, porque ya cambió la mentalidad de nuestro pueblo, porque nuestro pueblo no se deja manipular.
Para el presidente, sumar la cifra sexenal de asesinatos para compararlas entre gobiernos directos no refleja la reducción porcentual que ha habido durante el suyo.
—Ciento 26 mil muertos no puede ser algo positivo.
—No se trata de hablar en lo cuantitativo —le respondió López Obrador.
—Es que son vidas humanas, personas con nombres y apellidos, familias.
—Claro que son vidas humanas, pero te estoy explicando de que hay una disminución y yo espero que, de manera serena, tú veas toda la información de lo que estamos nosotros exponiendo. Seríamos incapaces de adulterar un resultado.
López Obrador le recordó al periodista que los grupos criminales no se crearon durante su gobierno, a lo que este le respondió que la gente votó por él para que resolviera los problemas del país.
El mandatario le dijo entonces que si no estuviera haciendo un buen trabajo, no tendría cifras tan altas de aceptación como gobernante, sólo por debajo de Narendra Modi, de la India.
“Pero esa popularidad no se traduce en resultados, señor presidente”, le dijo Jorge Ramos, a lo que López Obrador respondió con sarcasmo: “Es que estos señores que nos apoyan a nosotros, mujeres y hombres, se dejan manipular por los medios de información, porque nosotros le pagamos publicidad a los medios”.
—Los tenemos en contra a todos…
—No a todos… —dijo suavemente el periodista.
—La mayoría, la inmensa mayoría. Si tú ves tu periódico (Reforma) en donde escribes hoy…
—Con mucho orgullo… —dijo con sorna el periodista.
—… Todos los que escriben ahí están en contra de nosotros, y nada más, te aseguro porque no he visto el periódico, porque no alcanzo a verlos todos, pero ahora sí como se dice coloquialmente, los conozco… te conozco, bacalao, aunque vengas disfrazao.
López Obrador invitó a Jorge Ramos a acudir periódicamente a la conferencia de prensa matutina enfatizándole: “No quisiera equivocarme, yo quisiera que tú te equivocaras, porque se trata de vidas humanas, y estoy entregado de tiempo completo, de cuerpo y alma, a garantizar la paz en el país”.
