Por Héctor Tapia
Es preciso hacer una evaluación cualitativa de lo sucedido en el Congreso Nacional de Morena, que se vivió el sábado pasado para poder tener varias lecturas que permitirían ir anticipando lo que estaría por venir para esta fuerza política.
Primero habría que comenzar diciendo que hay dos líneas e interpretación importantes que se desprenden de la votación que se dio ese día sábado, producto del Congreso Nacional:
- Alfredo Ramírez Bedolla se fortalece al interior de Morena y se refrenda que los líderes políticos en los estados son los gobernadores.
- Leonel Godoy ratifica su liderazgo a nivel nacional en el partido.
Es importante esta lectura en este momento específico, porque lo que está por venir tiene implicaciones interesantes no sólo para el proceso organizativo frente a lo que será la sucesión presidencial, sino, y más específicamente en la definición de candidaturas por el estado, la del Senado.
Producto del Congreso Nacional de Morena se pudo observar con claridad, aunque todavía para ese momento sin toda dimensión, el papel que jugarán los gobernadores para los compromisos político electorales que están por desahogarse.
Los gobernadores, entre ellos Alfredo Ramírez Bedolla, son los máximos representantes electorales de su partido en las entidades; impulsaron una reforma estatutaria a Morena que les dio acceso a formar parte del mismo Consejo Político Nacional y se impusieron en la presidencia del mismo con Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, y se aparejaron a Mario Delgado Carrillo, quien venía ostentando casi de manera absoluta las decisiones políticas en el partido.
A partir de este empoderamiento estatutario de los gobernadores abrió una puerta para imponerse también en otras posiciones; a partir de ello, Alfredo Ramírez, producto de su negociación nivel nacional con actores diversos, gobernadores fundamentalmente, logró que le respaldaran (con 201 votos; la sexta más votada del país entre las mujeres) su propuesta para congresista nacional, Nallely Julieta Pedraza, y posterior respaldo para que ocupara una posición dentro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), la Secretaría de Mexicanos en el Exterior.
En tanto que Giulianna Bugarini, también allegada al gobernador michoacano, consejera nacional producto del congreso en referencia, alcanzó apenas 73 votos, que no son menos, pero sí una gran diferencia con respecto a la primera.
En contra parte, Leonel Godoy Rangel, exgobernador, exsecretario de Organización del CEN de Morena en el periodo de Yeidckol Polevnsky, delegado en varias elecciones que se libraron en el país en años anteriores, ahora legislador federal, vicecoordinador de la fracción de Morena en San Lázaro, se colocó como el octavo lugar entre los que fueron electos para consejeros nacionales, con 154 votos.
Se sabe que Godoy Rangel contó con una parte del respaldo de votos en su favor de parte del gobernador michoacano, Ramírez Bedolla, cerca de una tercera parte de los que obtuvo, pero también le respaldaron desde congresistas afines al secretario de gobierno Adán Augusto López y de la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de la misma forma que congresistas “sueltos” de varias partes del país.
Es decir, producto de estos números, se podría concluir que para Morena, los michoacanos con mayor influencia política en el partido a nivel nacional, en el partido oficial, son Alfredo Ramírez Bedolla y el legislador federal Leonel Godoy Rangel.
No se demeritan otros equipos políticos que, incluso, han acompañado al gobernador Ramírez Bedolla, como el equipo del secretario de gobierno Carlos Torres Piña, quien logró colar a Jesús Mora González como consejero nacional con 86 votos, pero en lo que respecta del escenario nacional sólo hay dos que tuvieron esta incidencia reflejada en las votaciones.
