El legislador Bennie Thompson puso el dedo en la llaga más compleja de todo el entramado: el hecho de que políticas públicas estén en manos de particulares que muchas veces tienen su propia visión de las cosas. Un modelo polémico por antonomasia.
De esta manera, Alemania se suma a otras naciones que han visto un rebrote. En las últimas semanas España y Nueva Zelanda, entre otros países, anunciaron nuevas medidas restrictivas.
La aprobación de Coronavir como medicamento será vendido bajo receta; se trata de un medicamento distinto al Sputnik-V, que ha generado polémica en todo el mundo.
El mensaje es uno de los tantos de la campaña “Territorios Unidos” de la ONU para apoyar en la divulgación de guías sanitarias en idiomas nativos. Un plan que en México, con 86 etnias subdivididas a su vez en otras ramas, pudiera hacer una gran diferencia.
El hecho, dado a conocer hoy por el New York Times, supondría un golpe contra dos de los servicios populares utilizados por más de 100 millones de personas en Estados Unidos.
Un análisis de Oxfam arrojó que países que representan el 13% de la población mundial han comprado suministros futuros del 51% de las vacunas contra el coronavirus.
Así lo anunció esta semana la Organización Panamericana de la Salud (OPM), en lo que fue un nuevo “aterrizaje forzoso” al entusiasmo de presidentes, gobiernos y ciudadanos comunes.
Aunque todavía no es una decisión definitiva, de concretarse sería un retroceso radical tras la liberación de los confinamientos declarados en junio de este año.
“A menos que el Gobierno mexicano demuestre un progreso sustancial en el próximo año, respaldado por datos verificables, México correrá un grave riesgo de que se descubra que no ha cumplido de manera demostrable sus compromisos internacionales de control de drogas”, dijo Trump.
El petróleo dejó de ser el recurso principal que desencadenaba problemas: es un hecho que muchas pugnas limítrofes principales tienen que ver con el agua. Y México no se queda atrás.