“Nos quitaron las armas y posteriormente nos hicieron ir a la fiscalía con engaños, que nos iban a entregar las armas y los vehículos. Nunca nos dijeron que estábamos como sospechosos”, señala el testimonio.
Se trata del mismo cuerpo policial que está vinculado con la masacre de Camargo, Tamaulipas, perpetrada el pasado 22 de enero y en la que 19 personas fueron asesinadas, de las que 16 eran migrantes centroamericanos.