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Cambridge Analytica y el Gran Hermano electoral | Por Antonio Aguilera

El gran escándalo internacional por estos días es la filtración de datos parte de Facebook a una empresa denominada Cambridge Analytica, que fue evidenciado a través de un reportaje que hace una televisora inglesa. Esta consultoría activó un algoritmo para identificar el comportamiento de los ciudadanos, la manera en como usan redes sociales para irles creando un perfil y en consecuencia irles diseminando información en la que según este perfil ellos se van a ir orientando sobre determinadas decisiones. Esta valiosa información fue vendida por parte de la empresa a Donald Trump en las elecciones del 2016 y se sabe que la empresa fue contratada por el gobierno federal para el presente proceso electoral, a fin de “orientar” el voto por el PRI.
Se trata a todas luces de una manera de prefabricar las decisiones, me parece que es una novela del siglo XXI de George Orwell, y que sería impensable imaginarnos que de larga distancia nos pueden manipular e incidir en nuestra decisión, en decisiones colectivas que son fundamentales, como es el voto popular.
De ser cierto esto hay consecuencias muy graves para la democracia como la concebimos, como un ejercicio en el que participamos los ciudadanos para elegir a los que van a decidir los asuntos de la agenda pública en una estructura llamada gobierno.
Atenta contra nuestro derecho y contra nuestra libertad y lo hace por dos elementos: la primera es la soberanía, que es básicamente esta capacidad que tenemos colectivamente para auto organizarnos, autodeterminarnos y auto organizarnos políticamente; si nosotros no lo hacemos, lo están haciendo por nosotros y solamente nos utilizan como instrumento para legitimar una elección.
El otro tema es la democracia, como eventualmente podrían lastimar a una forma libre para determinar quién o quienes resultan elegidos para representarnos popularmente institucionalmente en gobiernos establecidos, las elecciones -nuestra constitución lo establece en el artículo 41- deben de ser periódicas, libres y recurrentes.
Libres implica que el ciudadano es libre de votar no solamente porque el día de la elección sufraga en libertad de conciencia, sino porque previamente hay todos los elementos en donde abreviaste de diversas fuentes de información que nos van a permitir deliberar, y el día de la elección concurrir y votar libremente sobre la información libre que tuvimos.
Si están predeterminando por medios muy sofisticados, tecnológicos, la voluntad general lastima la esencia de lo que es la democracia y entonces vamos a hablar ya no de democracia, sino post democracia, y esto yo creo que a nadie conviene.
Habría que ver si esto es cierto o no. Yo no alcanzó a determinar cómo se puede determinar cuantitativamente el impacto real. Es un riesgo que México, ahora que estamos en un proceso electoral, no debe permitir tenerlo; un llamado para que nuestras autoridades prendan los focos ámbar y vean de qué manera se puede evitar una situación de esta naturaleza, porque atenta contra la soberanía y la democracia.
Se está pidiendo investigar a Mark Zuckerberg, al dueño de Facebook, para ver de qué manera colaboró, pero el multimillonario se hace el desentendido diciendo “yo no sabía”, pero la  pregunta es cómo hizo Cambridge Analytica para poder intervenir todo una red social tan importante como Facebook, desagregar a los seguidores o posibles votantes de un aspirante, mandarles mensajes, algorítmicamente hablando, de lo que uno desea escuchar de su candidato, todo esto sin que Facebook no lo supiera o no se hubiera dado cuenta.
La Unión Europea está pidiendo cuentas a Mark Zuckerberg, el Reino Unido también a Facebook y a la misma empresa, porque la empresa es londinense, Cambridge Analytica, y Estados Unidos está pidiendo llamar a cuentas en una comisión especial para que diga qué fue lo que hizo. Este escándalo debería de cambiar la visión que tenemos de las redes sociales.
Si analizamos técnicamente cómo es que está creado el modelo de comunicación política en el caso mexicano, la forma en cómo el votante mexicano se entera de por quién va a votar, es fundamentalmente a través de spots y a través de redes sociales.
Dicho escándalo llega en un momento muy oportuno oportuno para que una vez pasada la elección se pongan a pensar si va a cambiar el modelo de comunicación política y con mucha seriedad se invite a pensar: ¿tenemos un buen sistema de partidos? ¿10 partidos es bueno para la democracia mexicana con todos los riesgos que tenemos, con todos os gastos que tenemos y con todo el espectáculo de diatribas y de pleitos que vemos? ¿No es importante repensar que los debates pueden ayudarnos a tener información de primera mano para saber quiénes son, de qué están hechos y que presentan?
Son alarmas que nos deben de invitar a considerar el próximo paso para tener una democracia más protegida. Pero todo, como siempre en México, está en veremos.
@gaaelico

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