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¿Y si pagamos la cuenta, dejan de asesinarnos? | Por Elisa Valencia 

En un discurso social que busca la igualdad y la equidad a toda costa, nos topamos de frente con una realidad que no deja margen de discernir, mucho menos de confrontar un sistema que no cambia de fondo la situación actual de las mujeres en esta sociedad.
El feminismo nace como un movimiento que no busca otra cosa que la igual de derechos y oportunidades, y pone de manifiesto que no existe un “modelo de mujer” único, con necesidades específicas y pugna por el derecho de acceder a estos derechos y oportunidades sin restricciones de género, raza, edad, situación económica, nacionalidad o religión.
Y si afirmamos que las mujeres no somos iguales pero tenemos derechos a las mismas oportunidades, no decimos que somos mejores que los varones, no decimos que los hombres no tengan igual derecho que nosotras, sin embargo el feminismo se ha vuelto un gran dificultad para congeniar en esta búsqueda de equidad.
Y no es que muchos varones crean que el feminismo es el nuevo nazismo, aun cuando nos han dicho feminazis, cuando aseguran que las feministas estamos mal cogidas, o somos lesbianas celosas de sus penes, nos han dicho feminazis, aun cuando somos nosotras las que vivimos con un recuerdo de algún abuso, aun cuando somos nosotras a las que nos matan, nos violan.
Nuestro estado vive un doble discurso constante, creemos que decir que las mujeres “merecen” la paridad de género en las candidaturas a elección popular resuelve de fondo la discriminación que las mujeres viven a diario; manifestamos nuestro rotundo rechazo a los feminicidios,  pero en lo que va del mes de marzo han asesinado a 12 mujeres; invertimos en prevenir el delito, pero Michoacán ocupa el 2do. Lugar en el país con denuncias sobre violencia doméstica.
Y no aseguramos que no hacer nada sea mejor que lo que hace, pero no es suficiente, principalmente porque al Estado no le alcanza, porque somos muchas, porque son muchas las dificultades, urge cambiar el chip, urge educar a nuestros niños y jóvenes en consenso y respeto.
Justo en el mes del Día Internacional de la Mujer, asesinarían a Jaqueline y Lucía en Morelia, Ana Lucía en Zacapu, Juana en Chilchota, Marisela así como sus dos hijos en Uruapan, y lamentablemente  la compañera que no ha sido identificada en Salvador Escalente, y que presentaba signos de tortura.
Pero no, no creemos que las doce muertes de mujeres sean más importantes que las más de sesenta muertes de varones, afirmamos que a los varones no les matan por ser varones, a los hombres no los mata una pareja celosa o resentida, a los varones no los matan por su “condición de hombres”, ellos no cargan un embarazo no deseado, para lo cual hay leyes que lo prohíben.
No obstante lo que más duele, lo que molesta, lo que nos indigna, lo que nos llena de rabia es que sigamos trivializando en discursos, memes, videos y artículos que somos unas resentidas, que las leyes no tratan por igual una demanda pensión alimenticia de acuerdo al género del progenitor que la interpone, que a las mujeres nos abren la puerta, que nosotras no cargamos el garrafón del agua, que nos pagan las cuentas, y entonces lo único que pregunto es, ¿Si pagamos la cuenta, dejan de asesinarnos?
@elisa_valfa




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