Por: Ricardo López
Desde que Andrés Manuel López Obrador fue proclamado ganador de las elecciones presidenciales, así como una abrumadora mayoría de presidentes municipales, diputados federales y locales, también senadores, todos ellos por la fórmula de MORENA y sus aliados, la masa derrotada, los que en su momento apoyaban la fórmula del neoliberalismo del PRIAN, se tornaron en sendos críticos, agresivos guerrilleros de redes sociales, alentados en mucho por el ejemplo del hijo de Felipe Calderón y su sitio de Facebook que criticaba a AMLO de manera burlona, grosera.
En cualquier parte del país, los nuevos presidentes municipales y jefes delegacionales de MORENA, así como diputados, locales y federales, senadores, han recibido una lluvia excesiva de críticas, señalamientos, exigencias, como nunca antes visto.
Ahora, los llamados “Derechairos” creen que tienen el derecho de increpar por cualquier medio, toda acción política del Senado, Congreso de la Unión y Presidentes municipales, exigiendo resultados inmediatos a sus señalamientos.
Es muy posible que usted, amable lector, alguna vez pudo ver en redes sociales la manera de exigir de parte de tan severos y exigentes ciudadanos. Andrés Manuel López Obrador todavía no gobierna y ya desde hace unos meses, se le achacan una serie de bituperios a su “no acción” a las diversas problemáticas nacionales. Sus rivales políticos en el Senado y Congreso de la Unión, como el Senador regiomontano Samuel García, que exige la baja de las gasolinas por ser promesa de campaña, ponen diariamente en la vitrina política al Presidente Electo.
Qué decir, de ciudadanos “Derechairos” que exigen soluciones inmediatas a sus Presidentes municipales a una serie de problemas heredados por las administraciones pasadas; creen que tienen el derecho de exigir bajo consigna lo que sus políticos anteriores a los cuales apoyaban, no pudieron Terminar o cumplir de manera honesta, pronta, con calidad.
Son cientos de ejemplos en todo México donde los salientes dejaron un verdadero cochinero, el cual es imposible arreglar en uno o dos meses.
La falta de tacto ciudadano, así como la poca observación objetiva por parte de esos grupos, han causado que se siga teniendo divisiones sociopolíticas, las cuales a nada bueno conducen.
Si los mexicanos votaron por mayoría por un cambio político, se debe de entender que los votantes definieron un rumbo diferente a causa del disgusto mayoritario en las políticas interiores, económicas, sociales; no pudieron rendir adecuadamente cuentas ni buenos resultados, lo cual fue castigado en las urnas electorales.
Es de sabios cambiar de opinión y más aún, dejar el apasionamiento para darse cuenta que la mayoría tuvo la razón. Los pobres resultados logrados por partidos y por “independientes”, dieron sus frutos: perdieron.
Es tiempo de hacer a un lado ese odio a una corriente política diferente, a dejar las agresiones a simpatizantes de AMLO y MORENA, es momento de unir fuerza, para como ciudadanos, sepamos tener una sana relación política, unos que acepten sus errores y los otros hacer bien su trabajo en esta oportunidad de alternancia política que marcó la historia nacional.
Los errores de las administraciones pasadas son tan grandes, que tomará seguramente un poco de tiempo más en resolverlas por parte de las nuevas administraciones morenistas. Mientras esto sucede, esos Derechairos, aún pueden exigirle resultados a Peña Nieto, quién aún gobierna y tiene obligaciones, las cuales urge atienda en este país. A los que ya no se les puede exigir nada es a las administraciones salientes, pero esos “Derechairos” pueden aún pedir respuestas del por qué a sus resultados administrativos.
Lo leí en un taller mecánico hace tiempo:
“Lo muy difícil, lo arreglamos, los milagros nos tardamos otro poquito pero lo hacemos”. Así ahora, con AMLO y la gran ola guinda de MORENA al frente de la nación.
Es cuánto.
PROMETEO // “La exigencia social al nuevo gobierno”
