Héctor Tapia
Dentro de una semana el Partido Acción Nacional (PAN), vivirá su jornada electiva para definir a su nuevo dirigente estatal para los siguientes tres años, proceso que se advierte no será tan terso.
Por un lado se advierte prácticamente un “consenso generalizado” a favor de una de las fórmulas que compiten por la dirigencia, pero con cuestionamientos serios de inequidad lanzados por la otra planilla en contienda.
La planilla de Óscar Escobar tuvo un respaldo de casi la mitad de la militancia desde el registro; en tanto que la fórmula encabezada por Sergio Benítez apenas alcanzó a juntar el mínimo de firmas solicitadas para obtener la candidatura, y por poco no lo logra y se queda fuera de la competencia.
El primero, legislador local en la presente legislatura, es afín a Marko Cortés Mendoza recién electo como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN; mientras que el segundo, el ex diputado local Benítez Suárez, es afín del ex senador de la República, Salvador Vega Casillas; éste último se confrontó con Ricardo Anaya y su corriente política por estar en desacuerdo con la candidatura presidencial que Anaya encabezó en la coalición “Por México Al Frente”, donde se fue con el PRD y Movimiento Ciudadano.
Hubo casi 4 mil militantes panistas que no respaldaron con su firma a ninguno de estos candidatos; existe la duda de si habrán de participar todos saliendo a votar, y se estima que serán un 70% de los militantes los que acudan a elegir a la nueva dirigencia.
Cabe apuntar, con esta elección de la nueva dirigencia no sólo se releva al Presidente del Comité Directivo Estatal, sino también 7 carteras que integran la dirigencia; y con ello se dará un paso más para comenzar el siguiente año también con el proceso de renovación de estructuras municipales.
Adicionalmente, es pertinente recordar que a partir de que en el proceso electoral pasado de manera histórica el PAN decidió ir en coalición electoral con quien fuera su enemigo o su opuesto ideológicamente, el PRD, esto trajo consigo múltiples consecuencias: entre ellas que parte de su propia militancia que no estaba de acuerdo decidiera apostar por otras opciones políticas, ya sea como candidatos o apoyando con sus estructuras a proyectos contrarios al impulsado por el blanquiazul y su alianza electoral.
Esto derivó en que, una vez pasadas las elecciones, iniciara una campaña nunca antes vista para expulsar a más de 300 militantes panistas; los que se registraron por otros partidos, cuando se registraron formalmente estaban renunciando a las filas de Acción Nacional; para el caso de quienes sólo respaldaron con su trabajo político a otras fuerzas o proyectos, se inició un proceso de expulsión ante los organismos del propio partido.
Se advierte que hay un paquete adicional de militantes que se someterán a consideración de los organismos internos para ser expulsados también, y quién sabe si lleguen a poder votar el próximo domingo.
A una semana de que se lleve a cabo esta jornada electiva, se interpondrá un recurso ante el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán (TEEM) por parte de la planilla que encabeza Sergio Benítez, argumentando inequidad en el proceso. Pone en duda, por anticipado, la legitimidad del mismo y hasta, casi previsible, de los resultados que se advierte tendría la jornada electiva, según sus argumentos.
Esto ha generado expectativa en la militancia panista donde hay no pocos inconformes, pero también ha quedado claro que los que quedan son mayoritariamente pertenecientes a una de las expresiones internas, afines la gran mayoría al ahora dirigente nacional del partido.
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#ENTRELÍNEAS // Empañado paso de estafeta en el PAN
