Raúl López Téllez
A partir del próximo día 15, tocarán fin los recursos ordinarios disponibles en la Universidad Michoacana, por lo que cerrar el mes de octubre con el pago de la segunda quincena será difícil para la Rectoría, máxime si no se tiene la seguridad de contar con el apoyo de la federación.
Cabe señalar que de acuerdo al convenio establecido con el gobierno federal en diciembre del 2015, a cambio de 500 millones como recurso extraordinario, la Rectoría aceptó cumplir cinco puntos sobre eficientización y transparencia administrativa, reestructura, contención del gasto y reforma al Régimen de Pensiones y Jubilaciones, punto éste último que ha quedado estancado y con el rechazo de los sindicatos a la propuesta de reforma planteada por las autoridades de la UM.
Tal y como lo han señalado tanto la Secretaría de Educación Pública como el rector Raúl Cárdenas Navarro, el cumplimiento de los acuerdos contraídos es una condición para acceder a recursos extraordinarios federales, los que pese a haberse anunciado ya, aún no cuentan con una instrumentación ni fecha para saber si la Casa de Hidalgo dispondrá de los mismos.
El déficit en la institución es de 996 millones de pesos, con un presupuesto ordinario asignado por el Congreso del Estado de 2 mil 800 millones de pesos, de los que mil 900 millones corresponden a la federación y 900 millones al gobierno estatal. Desde el 2015, los presupuestos para la Universidad han ido a la baja y se considera que superan los 600 millones de pesos menos, a lo que se suma que los recursos se ejerzan en rubros no reconocidos y por tanto no reciben apoyos federales, como el bachillerato, las casas del estudiante, el régimen de Pensiones y Jubilaciones y algunas prestaciones en los Contratos Colectivos de Trabajo de los sindicatos de Profesores y Único de Empleados (SPUM y SUEUM respectivamente).
La falta de recursos se ha agudizado desde el 2017, con la repetición de cierres de año difíciles para la administración en cubrir salarios y pago de prestaciones de fin de año.
