Por Patricia Padrón
Estuve tentada a no escribir hoy y sumarme con esto a #UnDíaSinNosotras, pero hay mucho que decir, México fue cimbrado completamente por la fuerza y coraje de cientos de miles de mujeres que tomaron las calles en exigencia al derecho fundamental a la vida y luchando por las 10 mexicanas que son muertas cada día en el país.
Un país en que la violencia feminicida se ha normalizado a tal grado que la indolencia social se escandaliza por las que marchan y no por las que mueren, y ya muertas, son juzgadas, revictimizadas, ignoradas, denigradas.
El odio y saña con las que son encontradas, desolladas, violadas, empaladas, sodomizadas, golpeadas, desnudas, quemadas y/o en partes, destruye la vida no solo de las que ya no están, sino de sus familias, dolor que ayer salió a la calle como una muestra de sororidad completa y que hoy, nueve de marzo, hace un vacío para reflejar lo que sería el país sin nosotras.
En la calle se ven hoy menores mujeres, se distinguen entre los hombres porque salieron solidarias portando alguna prenda morada, quienes trabajan en salud o seguridad y decidieron trabajar, se organizaron para colocarse moños de listón morado y colocaron carteles de apoyo al movimiento.
Decenas de comercios permanecen cerrados, se escucha menos bullicio, se siente la ausencia, la falta de las mujeres vivas, busca visibilizar a las muertas, a las que ya no están.
El mensaje es claro, tras el hartazgo, hoy México da paso a una revolución feminista, porque es inconcebible la forma en que el Estado Mexicano nos ignora, es ofensivo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, haya dicho esta mañana “hay mujeres que luchan por sus derechos, pero hay una vertiente de quienes están en contra nuestra. Lo que quieren es que fracase el gobierno”.
No señor Presidente, no queremos que su gobierno fracase, no nos culpe de su ineptitud general y en lo particular, de su indolencia hacia el feminicidio y la violencia del que somo objeto, al parecer no ha entendido nada, todo indica que quiere que le repitamos e incrementemos la dosis para que revalore nuestra fuerza e importancia.
