Por Héctor Tapia
¿Busca blindarse Silvano Aureoles?, ¿Busca la protección desde Estados Unidos con el gobierno de Joe Biden?, ¿Tiene información que en México no quiere presentar?, ¿la información es moneda de cambio?, o ¿simplemente es advertir, como lo dijo ante los medios, una reconfiguración criminal en el país a partir de la transición gubernamental que se vivirá en próximos meses?
Son sólo unas cuantas preguntas que se desprendieron de una de las líneas de la declaración que dio a los medios de comunicación locales el mandatario michoacano, para abundar sobre la serie de cuestionamientos que se generaron a partir de su pronunciamiento a nivel nacional que tuvo en la entrevista con Ciro Gómez Leyva este miércoles.
Sí, ya desde la primera declaración del miércoles soltaba de manera abrupta una serie de aseveraciones y acusaciones que no son menores, son graves: 1) que Morena es un narco partido; 2) que en Michoacán ganó el narco; 3) que se perfila a que el crimen organizado ponga al siguiente presidente de la república; 4) la acusación, tácita, de que tanto Leonel Godoy como Jesús Reyna están ligados con el crimen organizado, y que ese respaldo se vio en la jornada electoral del domingo 6 de junio.
En la “comparecencia” ante los medios de comunicación locales, las líneas “picosas”, las “roba planas” fueron ganando la nota del día, la inmediata; pero entre tantas palabras, entre el mensaje inicial y las preguntas y respuestas, que se extendió por cerca de una hora, soltó una frase que oscila entre el guiño o súplica hacia el gobierno de Estados Unidos y el amago a diversos actores políticos afianzados dentro del gobierno mexicano que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
“Ando contactando ya a personas cercanas al gobierno de Joe Biden, porque deben saber y estar preocupados, y es un tema de seguridad para ellos”, remarcó Aureoles Conejo al detallar las entidades federativas donde se posicionó Morena en sus respectivas jornadas electorales, con lo que configuró, de acuerdo a lo que expuso, un corredor “a modo” de grupos delincuenciales.
Agregó que en el gobierno de Estados Unidos “sí deben estar prendidos los focos rojos (…) por lo que está pasando en su país vecino”.
Ya hemos visto en otros ejemplos cómo ha actuado el gobierno estadounidense contra políticos mexicanos presuntamente ligados a la delincuencia organizada; algunos están detenidos, otros son interrogados sobre los nexos y entramados entre el poder político y el delincuencial.
¿Silvano Aureoles tiene información que no ha entregado a las instituciones mexicanas?, o ¿es una forma de decir que no confía en las instituciones del país?, o, ¿busca alguna especie de protección?
¿El mandatario michoacano apuesta a la intervención de Estados Unidos en los temas que competen al país?, ¿Qué significa realmente esa frase de que buscan el contacto con personas allegadas a Joe Biden?
Insisto, esa línea específica que planteó tiene muchas lecturas e interpretaciones; por eso, más allá de buscar la anulación de la elección en Michoacán, donde pareciera hacer el trabajo político y mediático al Equipo por Michoacán, esa línea específica, la de la búsqueda del acercamiento con el gobierno norteamericano, es la que se queda resonando entrelíneas en la disputa política por el estado.
