Metapolítica
Morelia, Michoacán.- El presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado durante la conferencia matutina en Palacio Nacional sobre el caso de Guillermo Nevárez Elizondo, hoy director general de CFE Distribución, señalado de engordar presupuestos de obras durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, particularmente en la construcción del tren México-Toluca y el tren de Guadalajara, y que hoy tiene abiertos 15 procedimientos de responsabilidad administrativa y tres expedientes abiertos en la Secretaría de la Función Pública por anomalías y corrupción.
El reportero Daniel Blancas Madrigal destapó ante el mandatario que diversos funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad le han comentado sobre anomalías en la asignación de contratos en temas como seguros, mantenimiento, transformadores y medidores en torno a este personaje, de quien además dijo que “pareciera encuadrar este perfil en un sexenio que ya sabemos cómo se manejaba en cuanto a corrupción”, al referir que tiene a toda su familia trabajando en la CFE, tanto hijas, yernos y esposa.
“Vamos a ver de qué se trata, vamos a pedir que el licenciado (Manuel) Bartlett nos presente un informe para saber con datos sobre lo que tú estás denunciando. Todos los casos se investigan y se actúa. También la Secretaría de la Función Pública va a informarnos de este asunto”, respondió el mandatario.
“Nosotros no permitimos la corrupción, lo puedo garantizar. No se permite, estamos limpiando al gobierno de corrupción”, insistió López Obrador, y dijo: “Es importantísimo que se ventilen todos los casos, y siempre se investigue, entonces en este asunto vamos a tratarlo”.
Luego, dio su opinión al respecto: “Hay muchas rivalidades cuando se trata de contratos, porque también hay quienes estaban mal acostumbrados a usar sus influencias para obtener contratos y cuando ya no ganan ellos las licitaciones, pues se lanzan en contra del servidor público responsable de entregar los contratos; esa también es una realidad, más si hay intereses de por medio, porque en efecto, en el gobierno anterior y en los otros gobiernos, en todo el periodo neoliberal, era una rebatinga, era un pleito para robar, y cuando se repartía mal el botín, había motín; entonces, eso ya no se permite, no procede, y en el caso de que quedaran antecedentes, estas malas prácticas, estos vicios, pues se está limpiando, pero hay que tener también claro lo que estoy subrayando, de la lucha de intereses”.
En los casos de los trenes México-Toluca y el de Guadalajara, asignadas a Nevárez Elizondo: para la primera se proyectó que costara 38 mil 500 millones de pesos, pero terminó costando 93 mil 80 millones de pesos; la segunda estaba presupuestada para 17 mil millones de pesos, pero terminó costando 34 mil millones de pesos, incluso el gobierno de López Obrador autorizó 3 mil millones de pesos más para finalizar su construcción.
“Nada más que se tenían que terminar”, dijo el presidente. “El tren de Guadajalara porque ya llevaba mucho tiempo en proceso de construcción, incluso tuvimos que autorizar un recuso adicional de más de 3 mil millones (de pesos) para construirlo y ya está funcionando…”.
“Que se haga la investigación y ahí lo vamos a ver… Lo vamos a investigar”, reiteró el mandatario.
El reportero insistió ahora con esta pregunta: “¿Es imposible que en México que un aspirante a la presidencia con respaldo popular genuino llegue al cargo sin hacer compromisos con estos personajes que tienen cotos de poder que han pasado 30, 40 años, han sido secretarios de Gobernación y que luego exigen cuotas y plazas en el gobierno para favorecer sus intereses personales?”. A lo que el presidente respondió que sí.
“Yo llegué aquí por la voluntad del pueblo de México, yo no establecí relaciones de complicidad con nadie, nunca lo he hecho. Yo no estoy aquí por los potentados, por los que no pagaban impuestos. ¡Imagínense si me quisieran como presidente!”.
