Redacción
Morelia, Michoacán.- Como parte del programa de “Voces y Resonancias. Diplomado en Tradición Oral, Artes Verbales e Infancias”, este 15 de diciembre se realizará la última de las cuatro conferencias magistrales abiertas al público general a cargo de la cantautora e intérprete Elba Rodríguez Ávalos, titulada “El imaginario colectivo y la niñez. Nadie puede recordar lo que no ha vivido, en punto de las 18:00 a través de las redes sociales del LANMO y del Alas y Raíces.
Esta actividad académica en línea se encamina a la formación para la impartición de talleres y cursos dirigidos a niñas, niños y adolescentes, en torno a la tradición oral en México, así como a facilitar herramientas teóricas y prácticas para la recopilación y el estudio de literaturas de tradición oral de México.
Asimismo, “Voces y Resonancias” busca ofrecer recursos metodológicos para el desarrollo de proyectos creativos y de difusión de la cultura, con énfasis en la tradición oral de nuestro país, dirigidos a niños y adolescentes, al tiempo de ofrecer un panorama general sobre teorías de la oralidad.
La conferencista es especialista en la niñez. Ha trabajado y desarrollado proyectos como periodista, actriz, escritora, promotora cultural, coordinadora de talleres de arte, cuentacuentos, promotora de Salas de Lectura, conductora, locutora y realizadora de programas de radio y televisión.
Cuenta con cinco grabaciones de su autoría —la más reciente es beca de Fonca—, (Ediciones Pentagrama, S. A. de C. V.) —dos más inéditas—, y una de blues que niñas y niños compusieron bajo su coordinación. Vive en Morelia, Michoacán, desde 1962, por lo que se considera michoacana por convicción.
En esta conferencia titulada “El imaginario colectivo y la niñez. Nadie puede recordar lo que no ha vivido”, la conferencista se pregunta: “¿Son mitos, o son símbolos y conceptos aprendidos en grupo, lo que la tradición oral nos arrima como viento? ¿Quién no ha escuchado una nana, una canción de cuna? ¿A quién no le nace el deseo de arrullar a un bebé en los brazos, y contarle, cantarle, como lo hace una madre, un padre? Estos, mientras más estrechan la unión con la cría, hilan historias, entretejidas con habitantes del lugar”.
Y prosigue: “Y cuando niñas y niños tienen edad suficiente para entender sobre lo que se les habla, se les canta, son escuchas ávidos de fantasía, que desborda su imaginación y fortalece su cerebro, su inteligencia, su autoestima y su amor por el terruño”.