Por Oscar Carbajal
A donde volteemos dentro de este continente que es América, vamos a encontrar que se habla de elecciones, sea el lugar donde sea. Empezamos con las presidenciales de Brasil, pasamos por la reforma electoral de México y terminamos con la elección de representantes en Estados Unidos. Todo tiene que ver con democracia y participación, hoy.
Pero justamente, sobre nuestro país es de donde quiero hablar; no somos ajenos a la reforma electoral y todo lo que conlleva, las decenas de propuestas que se han hecho, los foros que se han emitido y la cantidad de opiniones que se hacen minuto a minuto sobre como mejorar el sistema electoral en México. Yo te hago una pregunta: ¿es mejorar el sistema electoral o el sistema político? Una más: ¿estamos gastando mucho en democracia?
Déjame decirte algo, desde la opinión que puedo dar como alguien que esta en un ámbito académico y que se ha interesado bastante en lo que sucede con la democracia. No se gasta mucho en lo que vale la pena conservar. Así de claro, pero también, es importante decir que la materia electoral y a las y los agentes que se encargan de que esto funcione, no se le ha dado el valor que merecen. ¿Por qué lo digo? Todos vemos a las elecciones como el proceso de campaña, la jornada electoral y se acabó, que nos digan quien ganó y listo, en general así se ven los procesos electorales.
Aquí es cuando digo que no se le ha dado el valor que merece a todo este mundo de personas que se encargan de hacer que nuestra democracia funcione, que todo marche bien, en un ámbito en el que se ve planeación, logística, matemáticas, diseño gráfico, ingenieros en sistemas, ingenieros en cartografía, juristas, contadores, politólogos, en fin, un montón de personas que desde las diferentes perspectivas de ver el día a día, hacen que la democracia siga en nuestro país.
Meses y meses de buen trabajo que no se ve, pero cuenta mucho como dijera un clásico, en los que no se para de llegar a un fin en común y ese es, entregar el mejor resultado a la ciudadanía al momento de renovar a las personas que nos representan en los cargos de elección popular. Las cifras lo demuestran, la confianza actualmente en los órganos electorales es del 74.70%, una cifra que incluso, demuestra que se tiene más confianza en las personas que organizan las elecciones, que en el presidente de la República.
Hablo de esto porque estamos en un momento crucial, un vortex si lo queremos ver así, en el cual es retroceder o mejorar. Seré directo: no podemos regresar a un escenario en el cual el control de los listados nominales esté en la Secretaria de Gobernación; no podemos abrir la puerta a que el arbitro electoral sean personas que contiendan en elecciones populares, pero antes de ello, dichas candidaturas sea entregada por quien esté en la Presidencia de la Republica; dejar que una propuesta de reforma electoral en la que se busque acabar con los pesos y contrapesos ideológicos, se apruebe, porque sí, eso de que se acabaran “las pluris” no es cierto, al contrario, todo el país será representado por pluris, díganle adiós a las campañas en las que se votaba por el candidato, porque la intención es que se vote por el partido y ahí la ciudadanía, no podrá incidir en quien llega directamente.
Hay cosas buenas y hay cosas malas, no vamos a decir que todo es perfecto actualmente, pero, de verdad, ¿estamos dispuestos a acabar con instituciones electorales que son reconocidas a nivel mundial por su trabajo? Ya quisiera EUA tener un sistema de elecciones como México, en el cual se puedan conocer los resultados preliminares la misma noche de la elección. México es el único país que tiene la manera de regular que todos los espacios en radio y televisión, sean equitativos; México de los países con el sistema de fiscalización más fuerte del mundo; México es el país en el que los muertos ya no votan por tener una constante actualización de su listado nominal y que cuando las personas quieren hacer que estos muertos voten, son sancionados, como una AC que dice que quiere que siga la democracia, pero la democracia a su manera.
Estamos en ese momento en el cual, se ataca a las instituciones, se les embiste; desde la creación de los institutos electorales, llámesele INE o IEM en el caso de Michoacán, la democracia tiene un lugar donde se cuide, donde se valore. Desde cualquier trinchera, desde cualquier lugar o acción, debemos ser firmes y defender que, no podemos regresar al pasado, quien no conoce su pasado, está condenado a repetirlo, y hoy, en nuestro país, tenemos la oportunidad de mejorar, pero tenemos que ser claros, ya sea desde las marchas, desde las entrevistas, denuncias, foros académicos o espacios como este, en que la democracia se defiende.