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#TAN CERCA, TAN LEJOS // La izquierda mexicana y México necesita un Allende y no un Obrador

Por José Irán Moreno Santos

El pasado 11 de septiembre se conmemoró en Chile, América Latina y en Europa los 50 años del Golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende por las fuerzas armadas de este país auspiciada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).

Durante esta conmemoración se recordó a Salvador Allende, el Presidente de Chile de 1970 a 1973, se recordó el bombardeo que hicieron las fuerzas armadas chilenas al Palacio de la Moneda que es la sede del Ejecutivo chileno, se demandó justicia por los miles de desaparecidos por la junta militar, se habló del exilio y el papel que jugó el gobierno mexicano y su Embajador Gonzalo Martínez Corbalá y el detestable papel que jugó la Agencia Central de inteligencia de Estados Unidos en este atroz suceso; pero poco se habló de las condiciones políticas prevalecientes en Chile en aquellos años.

 Hay que entender qué pasaba en aquellos años en esta nación del cono Sur, que provocó esta acción militar desconmensurada contra la izquierda chilena que en ese momento gobernaba

Recordemos que en Chile como en muchos países de América Latina hay una segunda vuelta, y en la primera vuelta del proceso electoral en el 70, Salvador Allende y los partidos y movimientos que lo acompañaban lograron pasar a una segunda vuelta electoral y en ese segundo ejercicio democrático Salvador Allende logra el 50% más uno de los votos y así convertirse en el presidente de Chile, sin embargo en la primera vuelta donde no solo estaba en juego la presidencia de Chile sino también el Congreso de la República, los partidos progresistas que acompañaron a Salvador Allende no lograron obtener una mayoría parlamentaria que permitiera que las propuestas del presidente pudieran convertirse en políticas de Estado y tuvo que gobernar del 70 al 73 con un Congreso que promovía la división, que no aceptaba las reformas políticas y económicas del gobierno, que además le trababan todo tipo de reformas políticas.

Recordemos que el Presidente Allende nacionalizó la industria del cobre que estaba en manos de privados, dentro de su programa estaba el reparto agrario, tenía también la intención de universalizar derechos y consagrarlos en su Constitución a partir de reformas y estas reformas iban encaminadas a constituir una educación pública a todos los niveles como pregonaba el socialismo democrático de la cuna a la tumba, también planteaba reformas al sistema de salud en el que todas y todos los chilenos pudieran tener acceso a este sistema y donde el Estado tuviera que absorber los costos y crear un sistema Nacional de salud que abarcara al 100% de la población, otras de las reformas importantes que tenía en el papel Salvador Allende era el derecho a la vivienda, la libre sindicalización y el salario para que todos en conjunto pudieran desarrollar un mejor país.

Salvador Allende tenía en su concepción política ideológica de un hombre socialista la construcción de un Estado Social Democrático y de Derecho que no era nuevo en los años 70, que ya se venía proponiendo en varios países europeos y que además era uno de los planteamientos programáticos socialistas y de la socialdemocracia que venía ganando terreno en el mundo.

Hoy se sabe a 50 años del Golpe de Estado que incluso el presidente Allende tenía la intención política de crear una nueva constitución para consolidar derechos y obligaciones ciudadanas, que permitieran a este país, dejar la pobreza atrás, la desigualdad social y además también tenía un programa económico que partía de que los que tuvieran más dinero empresas, empresarios y empresas transnacionales pagaran más impuestos y que esto se vieran reflejados en caminos, carreteras, el sistema de salud, educación, seguridad entre otros.

Salvador Allende tenía como principios ideológicos la igualdad, la solidaridad y la fraternidad y como buen hombre de izquierda tenía como principio fundamental la democracia, por eso Salvador Allende en su andar político obtuvo siempre a partir del voto representaciones políticas en el congreso y así pudo forjar y lograr durante muchos años de carrera política su prestigio para poder ganar la presidencia de la República en el 73.

En 1973 hubo un suceso que detonó el Golpe de Estado que casi nadie cita o recuerda y esto fue que, en las elecciones de ese mismo año, intermedias parlamentarias, el movimiento de la unidad popular logró la mayoría en ambas cámaras del Congreso chileno y eso permitía que todas las reformas que le habían estancado en el primer periodo pudieran concretarse. Este acontecimiento aceleró golpe, aceleró la rabia de los sectores conservadores y también la preocupación de Estados Unidos, ya que a diferencia de otros países que optaron por el socialismo en la región, en Chile el proyecto popular progresista socialista iba ganando terreno a partir de elecciones.

No hubo una Revolución armada, no estuvieron los fideles, ni los che guevaras, ni los camilos cienfuegos en Chile, era la democracia y la profundización de la misma caracterizó el gobierno y la personalidad de Salvador Allende.

 A 50 años esto tenemos que aquilatarlo, porque es en democracia con la participación de la sociedad se pueden ganar los espacios democráticos en el congreso para impulsar y consolidar transformaciones políticas de largo aliento, por eso es muy importante ver el contexto y no solamente recordar el bombardeo, o los desaparecidos, sino por qué sucedió lo que sucedió y a partir de eso, entonces emprender una reflexión profunda en la izquierda latinoamericana y en México.

Más Allende menos López Obrador porque pareciera que con el gran bono democrático que se obtuvo en el 2018 el presidente mexicano pudo haber transformado el país a partir de convencer, de presentar iniciativas parlamentarias y ganarlas en aras de profundizar esa democracia que siempre desde su perspectiva le cometieron fraudes y en lugar de aprovechar esa ventaja y esa condición política se optó por reformas centralistas, donde el Ejecutivo Federal aglutina más poder y se es autoritario, puso en manos de los militares la seguridad pública, los puertos, aeropuertos y la nueva red de ferrocarriles del país

Otorgó recursos a este sector que nada tiene de democrático y qué es también corrupto en nuestro país, en lugar de buscar universalizar derechos que si bien ya están consagrados en la constitución, estos los sectorizó, en lugar de por el bien de México primero los pobres debió hacer políticas con el principio, de por el bien de México primero todos, optó por hacer clientelas, centralizar medicamentos,  centralizar recursos en obras de desarrollo para el sur sureste y abandonar lo que hicieron otros presidentes desde la Revolución, el Norte del país.

Consecuencia de ello, fue que en elecciones de medio término, el presidente perdió la mayoría calificada en el Congreso y no pudo más que a golpe de manazos en la mesa hacer reformas excluyentes, dejando a un 18-20% de la población representada en el Congreso sin voz ni voto en el mismo.

No es un hombre de izquierda, se autodefine humanista y liberal, no enarbola principios socialdemócratas, ni socialistas porque no le busca reducir al país la desigualdad y la pobreza, puede haber políticas que parecieran ser progresistas pero que en realidad lo único que está logrando es fortalecer el capitalismo y el neoliberalismo en México.

 No ha hecho la reforma tributaria, en donde los que más tienen más paguen, al contrario los ha protegido y son ellos los que en este sexenio que está por culminar se han vuelto a enriquecer, no promueve ni la solidaridad porque confronta y enfrenta a los ciudadanos es contrario a la fraternidad y la libertad está en función de quien la pague, es así que si bien llegó al gobierno por la vía democrática esta vía la ha intentado dinamitar, no hay transparencia, su rendición de cuentas se inscribe a su mañanera, la información está clasificada y tampoco hay concurrencia en la consecución de los poderes, al contrario los excluye.

México pareciera regresar a los años gloriosos del partido de estado, autoritario donde el partido hegemónico y sus partidos satélites ganaban procesos electorales desde el poder y el 2024 será sin duda una elección de Estado como la que hemos vivido en meses recientes en el Estado de México y en otros estados del país durante estos últimos cinco años y meses

Es latente los golpes de estado en América Latina y en México hoy con el poder económico y militar que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional puede ser posible que esto nos alcance y eso sería muy lamentable para nuestro país y para nuestros ciudadanos.

Conmemoremos y recordemos lo sucedido en Chile hace 50 años y recordemos los valores y principios del socialista Salvador Allende.  

La izquierda mexicana ausente en los festejos debe aprender esa que está en el gobierno, esa que está en la sociedad civil y esa que está en los partidos de oposición que no solo se trata de buscar, un gobierno de coalición, sino que el programa debe contener un alto grado de democracia, en el 2000 Fox fracasó y ahora en el 2018 México está fracasando porque confió y se está decepcionando.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org

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