Por Jaime Márquez
En este 2024 catalogado como un año de sequía al igual que 2023, la administración estatal ha enfocado las baterías para atender los problemas más urgentes relacionados con el abasto y conservación del agua; por ello, se destinará el 30 por ciento de un mil 530 millones de pesos del programa de obras municipales a la construcción de infraestructura hídrica.
En forma paralela se trabaja en un decreto que permitirá contar con más áreas naturales protegidas, al sumar 87 mil hectáreas, existentes en la actualidad, otras 229 mil hectáreas como parte de un programa de conservación, pero también dentro de la estrategia de combate a la sequía.
Serán más de 100 mil hectáreas de la franja aguacatera, 50 mil en los polígonos de la Cuenca del Río Duero, 31 mil de la Cuenca de Cuitzeo, 33 mil de Cuenca del Lago de Pátzcuaro. 5 mil en La Región Bajío y mil 300 hectáreas en la Costa.
A lo anterior se suma el proyecto, ya en marcha, de construir un ducto de la planta tratadora de aguas residuales de Atapaneo, para abastecer con 30 millones de metros cúbicos de agua tratada a los distritos de riego aledaños, con lo cual, esa agua con la que se regaban cultivos se destinará para consumo de los morelianos.
Aquí se destinan casi 200 millones de pesos.
Por medio de la Comisión Estatal de Aguas y Gestión de Cuencas se realizarán distintas obras relacionadas con la perforación de pozos, rehabilitación de plantas de tratamiento de aguas y pequeñas presas.
Asimismo, iniciarán los trabajos preparatorios para el combate de incendios forestales, ya que, al tratarse de un año muy seco, se prevé que incremente el daño a la masa forestal a causa del fuego. También se incrementará la producción de árboles para la reforestación de 16 mil 600 hectáreas.
Como puede apreciarse, se trabaja en acciones concurrentes en pro del agua y el combate a la sequía, dado que 2023 fue el año más seco en 80 años, en 2024 se avizora un escenario similar.
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