El exdirector de Pemex ahora tiene un pie fuera de la cárcel, siempre que José Artemio Zúñiga Mendoza, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal en el reclusorio Norte, deje sin efecto hoy la prisión preventiva justificada en el caso Odebrecht y ordene otra medida cautelar.
Un juez federal ordenó liberar al exdirector de Pemex por el caso de la compra de la planta de fertilizantes Agronitrogenados. Esta orden, sin embargo, no exime al exfuncionario de continuar en prisión preventiva por la investigación de los presuntos sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Los antecedentes ya son conocidos. El dinero que obtuvo Gilda, según acusa la Fiscalía General, fue utilizado para comprar una casa en la colonia Lomas de Bezares en Polanco, propiedad de Emilio Lozoya.
Aunque alega inocencia absoluta, Enrique Ochoa Reza, el exsecretario de Hidrocarburos durante el fraude de Agronitrogenados, pecó al menos de omisión mientras se fraguaba un desfalco millonario ante a sus narices. Hay analistas que van incluso más allá: no hubo solo negligencia, sino franca complicidad en el fraude. Un panorama oscuro para el michoacano. Y más aún porque desde enero del 2019 en el papel la Fiscalía General procede por sí misma, sin rendirle cuentas al presidente de la República.
El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, deberá portar un brazalete electrónico que permita identificar su ubicación en todo momento, y entregar su pasaporte y sus visas. Sin embargo, por el momento no irá a prisión.