La agresión se da luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtiera el viernes que si Rusia ataca a alguno de los países miembros de la OTAN, se desataría una Tercera Guerra Mundial.
“Apoyaremos a Ucrania, mientras continuamos unidos a nuestros aliados en Europa y enviaremos un mensaje inequívoco: defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN. Tenemos una obligación sagrada con el territorio de la OTAN”, dijo el presidente de EUA.
El Gobierno de Estados Unidos no se niega a recibirlos, pero es reacio a enviarlos después a Ucrania, puesto que esto podría ser considerado por Rusia como una escalada significativa y amenazante.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, pidió que el gobierno ucraniano acepte todas sus exigencias, especialmente la desmilitarización de Ucrania y un estatuto neutral para el país.
“Estados Unidos no irá a la guerra con Rusia”, dijo en conferencia de prensa el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pero aclaró que se encargará, junto a sus aliados, de que Ucrania dé pelea.
El presidente ucraniano se posicionó en torno al ataque de los rusos a la Catedral de la Asunción en Járkov. “Es uno de los monumentos ortodoxos más antiguos de la ciudad y de Ucrania. Es un lugar sagrado. Pero Dios ve y responde a todo. No hay búnker para sobrevivir a la respuesta de Dios”, aseveró el mandatario.
El presidente de EUA, Joe Biden, “tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones, sino la guerra mundial”, declaró el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. “Rusia tiene muchos amigos y no puede ser aislada”, advirtió.
“Cualquiera que pueda unirse a la lucha contra los ocupantes, debe hacerlo. La decisión no fue fácil, desde un punto de vista moral, pero útil desde el punto de vista de nuestra protección”, dijo Volodimir Zelenski.
El Ejército de Rusia llamó “a los ciudadanos ucranianos, utilizados por los nacionalistas para llevar a cabo provocaciones contra Rusia, así como a los residentes”, a dejar sus hogares y abandonar la ciudad.