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El incremento de los precios de la gasolina dejó de ser ya una decisión de Gobierno: Meade

Entrevista a José Antonio Meade (JAM), secretario de Hacienda

 
Pregunta (P): Bueno, pues ya vio seguramente muchas reacciones, lleva usted dos días, en los que pudimos escucharlo, más o menos fue a esta hora, detallando cómo vendría y sobre todo las circunstancias que llevan a nuestro país precisamente a tener estos precios diferenciados, estos precios hacia arriba de los combustibles a partir del próximo lunes, buscando la liberalización de los precios formal a partir del 18 de febrero.
 
Pero ahora sí que por varios tramos porque, de alguna forma, lo que dicen es, “de entrada, el Presidente nos mintió porque nos habló en algún momento de que los combustibles no iban a subir, que ya no iba a haber gasolinazos y éste es un megagasolinazo”.
 
JAM: Mira, yo creo que ahí vale mucho la pena aclarar, dejó de ser ya una decisión de Gobierno. Cuando el Gobierno administraba los precios, él era el que escogía si el precio subía o si bajaba. Por cierto, siempre se escogía que el precio subiera y subía el precio con independencia de lo que estuviera pasando con los costos.
 
Desde que se tomó la decisión de movernos a un esquema primero de precios máximos y luego un esquema en donde dejábamos el impuesto fijo, la decisión ya de los precios de las gasolinas salen del ámbito del Gobierno, deja de ser una decisión del Presidente, deja de ser una decisión de la Secretaría, para pasar a ser un resultado de lo que está pasando en el mercado.
 
Esto es, el incremento en el precio de la gasolina hoy es fundamentalmente resultado de que incrementaron sus costos. Esta no es una decisión pública, ésta no es una decisión que se toma desde el Gobierno, ésta no es una decisión sobre la que tengamos impacto o capacidad de influir, sino que es resultado de un proceso natural, en donde el costo del insumo más relevante de la gasolina se va incrementando en el tiempo.
 
El resultado entonces de decidir movernos a un esquema en donde la gasolina refleje su costo es lo que ahora estamos viendo y en el tiempo habremos de ver que esto fluctúa en ocasiones a la alza, en ocasiones a la baja, pero nada tiene que ver con la reforma, no es resultado de la reforma, sino por el contrario, la reforma, en su oportunidad, permitirá, por la vía de más inversión, por la vía de más competencia, pues un mercado de gasolinas mucho más completo, mucho más moderno, mucho más eficiente. Ese sí es impacto de la reforma.
 
Los precios, si consideramos además que el mercado del petróleo, de las gasolinas es un mercado global, es un mercado en donde los impactos son los mismos en el resto del mundo, en donde vemos en el mundo que las gasolinas suben y en donde vemos que se ajustan como se ajustan los costos, pone eso en perspectiva que no es decisión de un Gobierno, sino resultado de una circunstancia.
 
P: Ahora, evidentemente, nos dice “no es resultado de la reforma energética”. Creo que eso va a costar trabajo, ahí está el discurso, por ejemplo, de Andrés Manuel López Obrador, lo veíamos, seguramente usted ya vio el video.
 
El senador Roberto Gil lo dice en algunos tuits “esto no es la reforma energética, no es producto de eso, esto tendría que venir después” y nos dice el secretario de Hacienda “no es una decisión del Gobierno, sino del proceso natural de los costos reales pues de esta medida, de los costos de los combustibles, de la logística, de cuánto costará o cuánto…”, sí, cuánto cuesta, no costará, cuesta llevar los combustibles pues a las diferentes zonas del país.
 
Ahora, se ha estado traduciendo, se lo pregunto, pues en enojo, dice, en el enojo del humor social, ¿no? Muchas malas noticias, ésta es una muy mala noticia, se está llamando a movilizaciones, que ya veremos si se concretan, ¿no? El domingo en el Angel de la Independencia, el lunes en el Zócalo.
 
¿Cómo lo están apreciando ustedes, desde la Secretaría de Hacienda, esta reacción?
 
JAM: A nosotros nos hubiera encantado un proceso diferente, un contexto distinto para los costos que habremos de enfrentar el año que entra, pero estamos enfrentando el mismo contexto que el resto del mundo.
 
Si nosotros vemos qué ha pasado entre enero de este año y diciembre en todos los mercados energéticos del mundo, lo que vemos es que en todos se ha ajustado el precio de la gasolina.
 
De hecho, el ajuste promedio en lo que va del año es un ajuste superior al 24 por ciento. Comparado entonces con ese ajuste, el que tendremos aquí, en México, será menor que el que se ha observado en el mundo para ubicarnos también en un nivel menor que el que se ubica en el mundo.
 
Ahora, esto no es consuelo; las comparaciones internacionales sirven solamente para poner en perspectiva que estamos frente a un fenómeno global. Habremos de cuidar el estar presentes y pendientes de atenuar los impactos en los que menos tienen.
 
Platicábamos hace unos días, gasolina en México se consume casi… O, de hecho, un poquito más de 190 millones de litros todos los días. Somos el cuarto consumidor más importante por persona de gasolinas en todo el mundo, pero de éstos, menos de nueve millones de litros, esto es de los 190 millones de litros, menos de nueve los consumen los tres deciles más bajos.
 
Eso quiere decir que para apoyarlos, para acompañarlos en este esfuerzo, hay muchas mejores maneras de hacerlo que a través de mantener artificialmente bajo el precio de la gasolina. El haberlo mantenido bajo hubiera implicado más impuestos o más deuda o recorte de gastos públicos importantes.
 
Sólo para ponerlo en perspectiva, si hubiéramos nosotros mantenido el precio constante, lo que hubiéramos tenido que apoyar al precio de la gasolina era el equivalente de la mitad de todo lo que gasta el IMSS en un año; era el equivalente pues de casi cuatro veces o cinco el presupuesto de la Universidad.
 
Solamente mantenerlo por diez días era equivalente a lo que gastamos en todo el programa de abasto de leche social o lo que ganamos en Diconsa. Esto es, hay formas mucho mejores de utilizar los recursos público y la riqueza petrolera que mantener el precio artificialmente bajo.
 
Si por eso, por cierto, no es algo que se haga en prácticamente ninguna parte del mundo; los únicos países en donde los Gobiernos siguen manejando los precios son Bielorrusia en Europa, Corea del Norte en Asia Pacífico o en el continente nuestro, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
 
Esto es, nadie ya utiliza el precio de la gasolina para dar apoyo a los que más requieren como una estrategia de finanzas públicas o de gasto público.
 
P: Lo que nos decía el secretario de Hacienda es que, bueno, las clases más bajas utilizan la menor cantidad de combustible, por lo tanto el impacto pues no va a ser tan fuerte; el resto, pues bueno, lo podrían pagar o lo pueden pagar o lo pueden asumir.
 
Ahora…
 
JAM: Y vamos a estar pendientes, perdón, de acompañar a esos primeros deciles con los programas sociales, ajustándolos, fortaleciéndolos y en el caso…
 
Escuchaba yo al principio de la entrevista la reflexión que hacía en el sector transporte y ahí también hay varios elementos que ayudan y que acompañan.
 
Primero es deducible, eso quiere decir que la tercera parte se asume por la vía de la deducción; y segundo, se les da un estímulo que permite que el 100 por ciento del Impuesto Especial en Producción y Servicio lo utilicen para pagar su carga tributaria; por lo que son dos elementos que han venido apoyando a transporte público, que ayudan a esta coyuntura y uno adicional: el único elemento de costo en las gasolinas que habrá de ajustarse el año que entra es el impuesto, en donde (inaudible) el año que entra un impuesto menor que el que tenemos este año.
 
P: Correcto. Precisamente hablamos con Leonardo Gómez, director general de la Asociación Nacional de Transporte Privado, y lo que él nos decía es “no necesariamente”. El no se animó a decir “sí va a haber un impacto, vamos a tener un incremento en el servicio del transporte”.
 
Nos hablaba de varias cosas, entre otras, modernización de la flota vehicular, pero dice “una de las propuestas que plantearemos en su momento, plantearemos al sector federal, Secretaría de Hacienda, es este IEPS en el que se acredita del diesel al ISR, que se amplíe al IVA”.
 
Para que a lo mejor de esa manera puedan también mitigarlo, digamos, asumirlo.
 
JAM: Mira, aquí vale la pena un poco traducir lo que eso quiere decir: el Impuesto al Valor Agregado no lo pagan los transportistas, el Impuesto al Valor Agregado lo cobran los transportistas a quien recibe el servicio.
 
P: El servicio.
 
JAM: Permitir que se acredite el IEPS por arriba del Impuesto Sobre la Renta querría decir que no solamente no tendría carga tributaria, sino que la carga tributaria que le trasladan a los pasajeros se estaría traduciendo en un ingreso adicional para el transporte.
 
Tenemos disposición de dialogar, pero eso pone en relieve el impacto tan importante que tienen los programas de apoyo que damos al transporte público, entre otros.
 
Con todos habremos de tener permanentemente diálogo, pero lo que estamos moviéndonos ya es un esquema en donde los costos se reflejan, en donde el recurso público escaso no se utiliza para mantener los precios artificialmente bajos, en donde la riqueza petrolera se utiliza fundamentalmente para fortalecer los programas sociales, para invertir y no incurrimos en mayor deuda para administrar un precio que ya en ninguna parte del mundo se maneja desde los gobiernos, sino que se maneja en condiciones de mercado.
 
P: Lo que cuesta y hay que pagar lo que cuesta.
 
Ahora, se habla una y otra vez de que va a haber un impacto inflacionario; hay algunos que por encima del 5 por ciento estarían viendo este impacto inflacionario para el próximo año; Gobierno Federal lo plantea en 3 por ciento, o sea, más del 50 por ciento estaría afectando. ¿Entonces sí ve en algún momento que esto tuviera un impacto al costo del transporte público, al costo del transporte de pasajeros y, en consecuencia, al costo de los productos, de la comida? Por todos lados estamos viendo eso.
 
JAM: Mira, no lo vemos y pongo en perspectiva los siguientes elementos, que yo creo que ayudan a darle soporte a la visión que tenemos.
 
Primero, el año pasado el costo de las gasolinas en el mundo se incrementó 24.5 por ciento, en México 3 y esto no tuvo un proceso en la formación de precios desordenados en el mundo, no tendría por qué tenerlo en México.
 
Segundo, a diferencia de cuando el Gobierno decidía los precios, en donde los precios siempre subían, ahora el precio se va a ajustar a la alza y a la baja. Veremos en el año seguramente momentos en donde el precio baja respecto a lo que teníamos como referencia, movimientos también en donde el precio se incrementa, pero el hecho de que el precio fluctúe atenúa su impacto inflacionario.
 
Lo que nosotros pensamos es que si acaso pudiera haber un ajuste de una sola vez, que se irá difuminando en el tiempo, que se irá atenuando en el tiempo y que nos ubique, insisto, en lo que vemos en todas partes del mundo, en donde reconocer los costos no se traduce en un proceso de formación de precios desordenados, ni en un proceso inflacionario, excepto como una medición posiblemente de una sola vez.
 
P: Posiblemente una sola vez, pero todavía sin saber qué porcentaje podría ser.
 
JAM: Y en cualquier caso estamos seguros de que no será de manera relevante por una razón adicional: esto, que es una medida responsable, que es una medida difícil, es una medida que nos hubiera gustado no tener que tomar, cuida también las finanzas públicas y esa estabilidad también se retroalimenta en los procesos de formación de precios y nos ayuda.
 
Si nosotros empezáramos, en vez a endeudarnos para apoyar los precios, si empezáramos a recortar gastos que son bien importantes para apoyar sobre todo a los que menos tienen, si buscáramos poner otros impuestos para apoyar el consumo de 190 millones de litros todos los días, eso sí podría tener un riesgo en nuestras finanzas públicas y en nuestra estabilidad.
 
P: Ahora, una vez que llegue el 18 de febrero, cuando, como ha detallado usted, secretario, venga el movimiento de precios todos los días, hay quien ha interpretado que todos los días subirá y que todos los días habrá modificaciones; o sea, uno entiendo perfectamente bien que puede haber ajustes o puede no haber ajustes de un día para otro.
 
¿A partir de ese momento se esperaría ahora sí que otra burbuja de la que se pueda estar hablando de incrementar los servicios al usuario final?
 
JAM: Nosotros no lo anticipamos, nosotros pensamos que habrá, insisto, de subir y de bajar; no se anticipa que el resultado ciertamente no será un resultado permanente de incremento, habremos de ver cómo se ve en el mundo, que las gasolinas suben y bajan conforme los costos se ajustan hacia arriba o hacia abajo.
 
Y esto es, insisto, la normalidad de este sector, de este mercado, en donde se reflejan costos, en donde la gasolina vale menos cuando cuesta menos llevarla al lugar, más cuando cuesta más llevarla y lo que vamos a estar viendo en el tiempo es mejores servicios, más inversión en transporte, más inversión en almacenaje, más redundancia de nuestros sistemas de transporte, más calidad en las gasolineras y todo eso habrá de redundar en un mejor mercado, que le dé mejor atención a los consumidores. Eso sí tiene que ver con la reforma; la parte de formación de precios tiene que ver con condiciones internacionales, que ni la reforma ni el Gobierno alcanzan a afectar.
 
P: Ahora, todos quieren platicar con usted, secretario. El gobernador del estado de Morelos, presidente de la Conago, Graco Ramírez, dice “vamos a hablar con el secretario de Hacienda, queremos verlo. El humor social, están enojados, vamos a dejar de consumir combustibles tres días y después compramos”.
 
Pues podrán platicar, secretario, pero no hay para atrás, la medida es un hecho.
 
JAM: Mira, platicaremos siempre de este tema y de muchos otros, queremos estar muy bien coordinados con todos los sectores. El año que entra es un año que va a ser complicado, que va a ser difícil, que tiene que encontrarnos con unidad de propósito, que tiene que encontrarnos en diálogo, que tiene que encontrarnos diseñando estrategias que nos permitan mantener dinamismo en nuestra economía, fortalece nuestros procesos de inversión y eso va a exigir que platiquemos, que platiquemos mucho, que estemos unidos y que estemos coordinados.
 
Pero toda esa coordinación y todo ese diálogo y todo ese esfuerzo que juntos tendremos que hacer no cambia la realidad de la dinámica de costos, que es la que está impactando los precios que hoy estamos observando.
 
Toca a la Secretaría dar las explicaciones, toca a la Secretaría asumir el costo de la decisión. Es una decisión que estaba normada, que estaba planeada y en donde tenemos, desde la Secretaría, que salir, que explicar, que dar la cara.
 
Es una medida que toca a la Secretaría de Hacienda explicar, que toca a la Secretaría de Hacienda poner en contexto, porque lo que sucedió lisa y llanamente fue un cambio en las condiciones de costo, eso no es responsabilidad de nadie, es algo que pasa en el mercado y toca a la Secretaría explicarlo, toda dar la cara y toca reconociendo las preocupaciones que compartimos.
 
Al amparo de la noticia, estar permanentemente explicando, permanentemente exponiendo y por eso siempre agradecido del espacio que aquí nos has abierto para que en todos estos días podamos explicar la medida, su impacto, su evolución, compartir y escuchar también las preocupaciones que alrededor de ella hay, pero en la convicción de que esta medida que mejor de cien… No solamente en nuestras finanzas públicas, sino en las finanzas públicas de las familias y la que nos permite que utilicemos de mejor manera el recurso público escaso en el apoyo que más lo requiere.
 
P: Una última pregunta, hablábamos ayer con uno de los subsecretarios de energía y le hacíamos el planteamiento, ¿en algún momento se plantea que sí lleguen bajar los combustibles? No se animó a decirlo, dice: “fluctuarán”. ¿Usted tiene esa proyección, ese cálculo?
 
Maricarmen Cortés también nos ha dicho: el gobierno federal, me da la impresión de que tampoco lo tiene claro, ¿lo tiene claro si en algún momento, efectivamente, pueden llegar a bajar?
 
JAM: Mira, nosotros tenemos la convicción de que sí, de que habrán días, momentos, semanas en donde tengamos precios más altos y también vienen momentos y semanas en donde tengamos precios más bajos.
 
No hay nada en la medida, no hay nada en la reforma, de hecho, que condicione la trayectoria de precios y lo que habremos de ver, por cuanto a la reforma se refiere, son diferentes fuerzas que habrán de llevarnos por la vía de la competencia a mayor eficiencia y manteniendo constantes los costos internacionales, pues a mejores condiciones comerciales al amparo de la oferta de gasolinas.
 
Pero lo que habremos de ver, sin duda, en el año, de hecho, por primera vez en nuestra historia moderna, el año pasado vimos semanas en donde el precio de las gasolinas bajaron y eso es lo que habrá de hacer la normalidad hacia adelante.
 
Tendremos, como el resto del mundo, fluctuaciones a la alza y a la baja. Reitero, sin que sea un elemento de consuelo, pero el incremento promedio, en el mundo, de la gasolina, el año pasado, fue del 24.5 por ciento, respecto de ése, hemos buscado la manera de que aquí sea el menos posible y que nos sigamos ubicando como un país que tiene gasolinas competitivas y en donde el incremento, en comparación con lo que había en el mundo, sea menor.
 




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