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Se politizó la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico: especialista

Entrevista a Luis Rubio, especialista en temas de seguridad
Luis Rubio (LR).- Yo creo que es importante entender qué pasó, el contexto en el cual se decidió involucrar al Ejército de manera decidida hace diez años en la lucha contra el narcotráfico, porque si bien ha estado involucrado en eso por los últimos 50 años, el cambio fue muy significativo cuando en Michoacán explotó la situación de seguridad hace diez años, es decir, ¿por qué se involucra a los militares y por qué estamos donde estamos ahora?
Yo creo que por lo menos en retrospectiva, todos somos muy inteligentes en retrospectiva, hubiera sido, es fácil haber visto que esto no iba a llegar muy lejos.
Y es cierto que mucho de lo que la crítica hoy está enarbolando era predecible, pero también esa crítica es igual de ideológica e igual de politizada que quienes ciegamente por todos estos años han estado apoyando la estrategia de militarizar y de involucrar al Ejército de la manera como se ha hecho.
A mí me parece que el gran tema, más que falta de estrategia, me parece que el gran tema es que nadie pensó en cuáles eran los siguientes pasos, cuando primero el presidente Calderón manda al Ejército y a la Policía Federal a Michoacán en el 2006, lo hace porque hay una situación urgente que demanda una respuesta por parte del gobierno, se mandan las dos fuerzas, se mandan para que estabilicen la situación y eso lo hace en cuestión de unas cuantas semanas y lo hacen bien en este estricto sentido.
Por cierto no muy distinto de lo que hizo el presidente Peña igual en Michoacán al primer año de su gobierno, porque se trata de situaciones explosivas a las que hay que responder y los dos gobiernos respondieron de una manera muy similar.
Hubo una diferencia táctica, pero que resultó muy importante entre los dos presidentes.
El presidente Peña lo que hizo fue también mandar a un político a atender los asuntos políticos y lo que hizo en el camino fue llevar una bolsa de dinero, muy al estilo para repartir por todas partes, lo cual no resolvió el problema.
Pero la pregunta es, la pregunta importante, que es lo que plantea el general secretario es: “¿Deben salir los militares de las calles?” Pues por supuesto, la respuesta no tiene ninguna duda, deben salir, pero la pregunta importante no es ésa, porque esa respuesta es fácil, la pregunta difícil es cómo pueden salir.
Y yo creo que por ahí hay que empezar, hay que entender que una vez metidos es muy difícil sacarlos, porque no ha habido el siguiente paso en ninguna de esas cosas y el siguiente paso tiene que ser a fuerza el de construir capacidad policiaca local, porque la policía local es la que mantiene el orden, es la que mantiene la vida en concordancia y una policía ideal en los países serios para lo que funciona es para mantener el concierto social.
El caso más, más patente, porque es muy visible, es el de policía de cuadra, de manzana que hay en Japón, que está echando ojo todo el tiempo y que es el que mantiene una idea de que las cosas estén bien o atienden de inmediato a las que pueden estar mal, ése es un modelo, no digo que es el único modelo, no soy experto en eso…
Tiene presencia en la comunidad, la gente lo respeta y cuando se requiere cualquier cosa, se le llama y se le invoca; por supuesto no estoy hablando de un jefe de manzana en el sentido cubano, que realmente son un mecanismo de control político, es una cosa distinta.
Aquí es una persona que se dedica a observar para evitar que haya cualquier tipo de delincuencia.
Entonces la razón por la que se envió al Ejército es obvio, porque es la única institución que era capaz, que tenía los recursos y las habilidades para responder ante la emergencia.
Lo que no hubo -repito- es que no hubo una misión de qué seguía una vez que entrara el Ejército y la pregunta me parece que no la hemos sabido atender todavía hasta la fecha, y hablo como sociedad, es que evidentemente tenemos policías poco confiables, policías mal pagados, mal entrenados, que no funcionan, porque no se ha resuelto eso, que eso es a final de cuentas el tema importante, ¿por qué no, por qué no se ha creado una policía moderna, una policía capaz de lidiar con los problemas del día de hoy?
Y me parece que la respuesta a final de cuentas es que si hubiera una… Para que pueda haber una policía moderna, debidamente entrenada y bien formada, también tendría que haber transparencia en el funcionamiento del sistema político, en el sistema de gobierno, también tendría que haber una rendición de cuentas.
Y el problema es que, si bien éste es el último eslabón de la cadena, si no se resuelven los otros eslabones de la cadena…
P: Claro.
LR: … pues nunca va a haber una policía moderna, porque la policía como es es utilizada para poder resolver -entre comillas- los asuntos.
Un procurador hace años me decía que al entrar a la Procuraduría y entender cómo funcionaba me decía: “Pues hay asuntos que son sujetos de la decisión del propio procurador, de si los va a perseguir o no los va a perseguir”.
Y eso lo que quiere decirnos es que mientras el sistema viva de la discrecionalidad que tienen, en este caso las procuradurías, pero en general los políticos, pues en esa medida no es posible tener una policía moderna.
Entonces no tenemos una policía moderna, porque el sistema político se rehúsa a modernizarse, es un círculo que puede ser virtuoso, pero que por todos estos años ha suido vicioso.
Entonces sí hay que sacar al Ejército de las calles, pero tenemos que resolver un problema muchísimo más grande y complicado, y nadie le ha querido entrar y no le han querido entrar, porque si le entran tienen que aceptar un cambio dramático en sus propias formas de ser.
P: Absolutamente y sí, a veces sorprende, que se repita esto de que hay que modernizar la policía y yo digo y repito y por supuesto retomo tu argumento, si tuviéramos muy buenos funcionarios en parques y jardines, en el manejo del pavimento, los que coordinan la semaforización en la ciudades, los de manejo de basura y solamente la policía funcionara mal tú dirías: “Bueno, sí, ciertamente tenemos un problema en la policía”, es un problema básico de administración, o sea, primero de reclutamiento, de quienes, digamos, ¿cómo se llama?, administran la parte técnica en ciudades, estados y también a nivel de la Federación.
Y pues tienes efectivamente un funcionamiento incompetente, la policía es consecuencia de todo eso, no es que la policía per sé sea particularmente mala, ¿no?
LR: Ese es exactamente el tema, la policía es un reflejo de todo lo demás…
P: De todo lo demás…
LR: … y en la medida, y si no funcionan las calles, si no funcionan las banquetas, si no funciona el tráfico, pues tenemos que ver para otro lado, porque todo es un conjunto, no es una cosa es nada.
P: Absolutamente y queremos resolver sólo una parte y centrarnos en ella. El presidente de Comexi, bueno, es el presidente electo, Luis Rubio, ya estará trabajando en pensar todo lo que viene en materia de la relación México-Estados Unidos, ya nos irás contando a lo largo del año qué va de este tanque de pensamiento tan influyente que es Comexi, pues cosechando, como reflexión.
LR: El primer proyecto, que es obvio, es justamente un grupo de estudios sobre la relación con Estados Unidos, estamos trabajando en eso, nos vamos a reunir en enero por primera vez y yo espero tener un primer producto muy pronto, que sería una propuesta de visión de cómo debe ser la relación con Estados Unidos, porque si lo vemos para atrás, pasamos de una visión muy articulada, muy, muy a propósito del sistema político viejo, donde se concebía a Estados Unidos como un enemigo y eso servía al control político interno.
Pasamos de esa visión de enemigo a una visión muy funcional, pero tenemos una relación comercial, una relación económica con ellos, pero nunca se desarrolló una nueva visión política de cómo debe ser esa relación, simplemente nos concentramos en el tema que nos servía y que funcionaba bien, se han ido adicionando otras cosas, sobre todo el tema de seguridad, que se volvió, pues prioritario en la relación y en la vecindad.
Pero nunca se desarrolló una visión, ni de allá para acá, ni de acá para allá sobre cómo vamos a construir una relación distinta, cómo vamos a construir algo diferente para el futuro y ahora estamos ante la amenaza de lo que platicamos la semana pasada, de que se convierte en una relación estrictamente transaccional, donde somos iguales, donde es de suma cero, donde qué me das tú y qué te doy yo, y si te puedo extraer unas concesiones mayores, pues qué bueno.
Creo que tenemos que hacer eso y el objetivo de este grupo de estudio va a ser precisamente el de aportar o de proponer una visión donde veamos algo mucho más acabado, mucho completo, que nos permita ser, por una parte, más iguales, pero más realistas y confiadamente convencerlos a ellos de que tenemos que tener una visión común, porque si no, no vamos a ninguna parte.
P: Leí a Todorov que me mandaste, muchísimas gracias, “La experiencia totalitaria”, pero una recomendación a los lectores de Metapolítica.mx estas lecturas memorables de fin de año.
LR: Acabo de acabar (sic) ayer el libro de “Los usurpadores” de Jorge Zepeda Parterson, la segunda mitad que es después de que ocurre el tema violento con el que empieza el primer capítulo, que es un ataque a la FIL en Guadalajara, es verdaderamente apasionante, es una narración verdaderamente realista y clave en la realidad actual. Me encantó el libro.




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