Héctor Tapia / Samuel Ponce Morales
Si se impulsa y se concreta a nivel federal una reforma política que afecte la autonomía de las autoridades electorales, que permitan el clientelismo electoral, que no haya control en lo que gastan y en lo que ingresan los partidos, “estaremos liquidando a la democracia”, remarcó Jaime Rivera Velázquez, integrante del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).
En entrevista abundó sobre algunos ajustes que sí pudieran darse para simplificar el trabajo que realizan los organismos electorales para agilizar el trabajo que realizan, sin comprometer ni tocar la confianza y la credibilidad de los procesos electorales.
Así mismo profundizó en el tema del financiamiento a partidos políticos, donde esta semana que comienza se estará votando en el pleno de la Cámara de Diputados el dictamen de reducción de prerrogativas a los partidos, donde advierte que de eliminarse completamente la fuente de financiamiento público impactaría en varios niveles, que podrían significar una regresión autoritaria para el país.
Rivera Velázquez explicó que a nivel federal “no se puede hablar de una reforma” política en existencia o un proyecto maduro que la contemple, lo que hay, dijo, es con conjunto de propuestas, incluso, contradictorias entre ellas.
Explicó que la legislación en materia político electoral, vigente desde el 2014, “es una legislación que ha permitido elecciones equitativas y la mayor cantidad de alternancias en el gobierno a nivel estatal y municipal y también en la presidencia; es una legislación que permite elecciones auténticas”, donde quienes gobiernan han perdido elecciones, lo que prueba que el modelo vigente “funciona bien si hay participación ciudadana, libertad de voto y los ciudadanos cambian de gobierno”.
Eso sí, reconoció, lo que podría ajustarse o reformarse es lo relativo a algunos procedimientos electorales, que podrían simplificarse, ya que actualmente “tenemos procedimientos electorales sobrecargados por la desconfianza tradicional, eso hace más difícil el voto, el cómputo de votos, hace más caras las elecciones”.
Aquí, refirió, una opción podría ser el voto electrónico, la cual dijo que “debería considerarse con seriedad”, aunque requiere de los actores políticos no sólo la confianza sino su disposición para concretarla, porque se permitirían elecciones más sencillas, ágiles, sin errores y a mediano plazo más baratas.
En un proceso electoral lo más costoso es la integración de las mesas directivas de casillas, reclutamiento, capacitación y selección de los funcionarios de casillas, lo que tiene más costos; por ello, el consejero electoral del INE remarcó que algunos de estos procedimientos podrían simplificarse, sin sacrificar la certeza.
Rivera Velázquez dijo que hay aspectos que sí podrían incluirse en una posible reforma política, y que debería tomarse en cuenta la opinión técnica de quienes saben en las mesas de discusión.
El integrante del Consejo General del INE, a partir de recordar las características de la legislación vigente en la materia, remarcó que una reforma político electoral “no es indispensable”; indicó en este sentido que si se va al siguiente proceso electoral, que se vivirá en el 2021, caso de Michoacán, “vamos a tener buenas elecciones, aunque podrían ser mejores si sólo ajustamos algunos aspectos operativos particulares” como la simplificación de procedimientos.
Aquí, advirtió que hay dos riesgos ante una posible reforma política, “una es que se hagan cambios que resulten disfuncionales, por ignorancia, y el otro riesgo es que se hagan cambios para afectar la autonomía de las autoridades electorales , para que volvieran a ser lo que fueron hace 30 años, cuando dependían del gobierno federal o estatales”.
De esta manera Jaime Rivera fue enfático en decir que “lo que no deberíamos aceptar es reformas que disminuyan la autonomía e independencia de las decisiones de las autoridades electorales”, porque ello afectaría la certeza de la autenticidad del voto y también afectaría las condiciones de competencia equitativa.
En lo que respecta al financiamiento público a los partidos políticos, dijo que desde 1996 se establecieron reglas claras y equitativas de financiamiento, lo que garantizó que hubiera condiciones equitativas en las contiendas, donde el partido en el gobierno no llevara ventaja indebida en los procesos electorales.
“El financiamiento público ha sido una de las condiciones esenciales para que haya competencia auténtica y equitativa, si no hubiera financiamiento público, los partidos no podrían competir, o dependerían de lo que el gobierno les diera ilegalmente a los suyos, o dependerían de grupos económicos, o fácticos, y dependerían de grupos criminales, nadie en su sano juicio quiere esto”, destacó el consejero electoral, por lo que resaltó que “eliminar completamente el financiamiento destruiría la democracia, y una disminución que haya, tiene que ser gradual”.
Refirió que actualmente hay una iniciativa que pretende debilitar la capacidad de fiscalización que tiene a los partidos políticos actualmente el INE , y que de quitarse se provocaría que desde los gobiernos financien ilegalmente las elecciones, y se propiciará el clientelismo, la compra de votos sin límites, lo que sería una regresión de hasta 30 años en nuestra democracia.
“Si los partidos dedican su financiamiento, a crear escuelas y despensas, a manejar guarderías, o dar servicios médicos, esa no es la función de partido, sino de estado, que deben estar sujetos a reglas de operación y transparencia, si a un partido se le permite esto, se hará una competencia de clientelismo, quien tenga el poder político es el que llevaría ventaja”.
Dijo que una de las fortalezas que tiene nuestro sistema electoral “es que se tiene la capacidad de fiscalización, que ha sido eficaz, en materia de ingresos y gasto de los partidos”, y aunque reconoció que no es perfecta, son aspectos mínimos.
“Gracias a un sistema de fiscalización el INE puede estar registrando todos los gastos, ingresos bancarizados que llegan a los partidos”, casi en tiempo real.
“Si se hace una reforma que afecte la autonomía de la autoridad electoral que permita que exista el clientelismo electoral, si no habrá control en gasto e ingresos de los partidos, estaremos liquidando al democracia”, explicó, y refirió que si bien ahora está en la Cámara de diputados la disminución de las prerrogativas al cincuenta por ciento, donde tendría que ser avalada por dos tercios del pleno, y también en la de Senadores, de avanzar, luego tendría que ser respaldada por los Congresos locales.
“Espero que no haya una mayoría que quiera provocar una regresión autoritaria, espero que no la haya”, remarcó.
Jaime Rivera Velázquez dijo que la democracia mexicana se ha construido a lo largo de décadas, “la democracia no nació el año pasado, se ha construido con instituciones durante 3 décadas, no puede haber democracia sin instituciones, esa democracia que llegó no se cuida sola, hay que cuidarla y requiere el compromiso democrático de los partidos, la ciudadanía, los medios de comunicación y las autoridades electorales, y el INE va a defender la democracia”, concluyó.
