T-MEC y sindicatos: el nuevo dolor de cabeza que se viene para el México de AMLO

Metapolítica

Morelia, Michoacán.- La noticia confirmada el pasado 1 de julio acarreó la adhesión de casi todos los sectores en México, incluso de los opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador: la entrada en vigor del T-MEC, el nuevo pacto comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

Y sin embargo, también abrió aristas mucho más complejas para la relación entre México y sus propios trabajadores.

Esta semana la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), la asociación sindical más poderosa de Estados Unidos y una de las cinco más grandes del mundo, presentará una queja contra México.

La medida, informada hoy por los medios Reuters y New York Times, se debe a supuestos incumplimientos laborales ocurridos en el estado de Tamaulipas.

En específico Richard Trumka, líder de la asociación, manifestó que “las autoridades mexicanas no han hecho cumplir las disposiciones de fortalecimiento sindical”, las cuales eran un compromiso pactado en el acuerdo comercial que entró en vigor el pasado 1 de julio.

Si bien la justicia estadounidense no puede intervenir en la política laboral interna de México, el “Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida Específica para Instalaciones” podría ayudar a detener las exportaciones de fábricas mexicanas que violen los derechos laborales.

“Nos preocupa mucho la capacidad de México para hacer cumplir las leyes federales” dijo Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, a los reporteros el 3 de septiembre en una mesa redonda virtual organizada por Christian Science Monitor.

Y agregó:

“Si fuéramos capaces de bloquear la entrada de los productos, llamará su atención muy rápido. Y entenderán que tendrán que cambiar y cumplir con la ley o sus productos no entrarán al país”.

El anuncio supone un inmenso desafío para México.

Y tiene buen sustento. El capítulo 23 del tratado, que aborda las relaciones laborales al interior de los países, supone el compromiso de respetar a rajatabla la declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento.

Pero en el norte de México la realidad es distinta.

“Tamaulipas tiene más de 8 años apareciendo en las listas Top Ten de los estados que más desempleos abiertos registra del país. Adicionalmente, nuestra entidad concentra la mayor parte de sus empleos en actividades de muy baja remuneración y capacitación, por ende dichos empleos en su mayor parte (75.5%) reciben salarios menores a 4 salarios mínimos, por lo que son empleos precarios” afirmó en 2017 el experto laboral y doctor de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Jorge Alfredo Lera Mejía.

El capítulo 23 del T-MEC supone el compromiso de respetar a rajatabla la declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento. Pero en México la realidad es distinta.

Y los sindicatos estadounidenses lo saben.

Ante esta realidad, y de acuerdo con lo dispuesto en el texto oficial del T-MEC, la organización que dirige podría bloquear la entrada de productos mexicanos a Estados Unidos. Algo que implicaría un grave costo para muchas empresas mexicanas.

La Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (del inglés American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations), comúnmente llamada AFL-CIO, es la mayor central obrera de los Estados Unidos y Canadá.

Fue creada en 1955, está compuesta por 59 federaciones nacionales e internacionales de sindicatos de Estados Unidos y Canadá y reúnen a más de 12 millones de trabajadores.

Se trata, por tanto, de una organización con una influencia formidable.

Y México también lo sabe. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestado que el T-MEC supondrá una mucho mejor condición laboral para millones de mexicanos.

“El nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) impulsará más empleos y mejor pagados en el país”, afirmó a través de un video difundido tras la firma del acuerdo junto al presidente Donald Trump. “Es distinto al anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque incluye aspectos laborales y no tiene una visión de México como un país de mano de obra barata ni como una nación dedicada solamente a la maquila”.

Por lo pronto, esta semana inició la primera asonada para que López Obrador haga realidad esa promesa.