Los narcos ya no visten como rancheros ostentosos, ahora usan traje y celulares; son tecnocapos: Giovanni Ponce

Metapolítica

Ciudad de México.- El director nacional antinarcóticos de Ecuador, general Giovanni Ponce, dijo para Milenio que los jefes criminales mexicanos migraron a las plataformas tecnológicas y al outsourcing para no dejar rastro de sus operaciones, abandonaron el estilo ranchero y apostaron por uno empresarial, ya no cargan maletines de dinero, sino transferencias electrónicas.

A ello la denominó la “cuarta fase” de los cárteles mexicanos, la cual llegó a Ecuador. “Estamos en una cuarta fase del narcotráfico, la denominamos de ‘los invisibles’. Ahora sus mejores armas son los celulares, desde donde hacen todas sus operaciones y siguen las rutas de sus paquetes. Tienen plataformas muy bien encriptadas y disponen de todos los recursos tecnológicos para reunirse de manera virtual y hacer sus transacciones”, dijo el general Ponce.

Sus estructuras criminales se basan en la subcontratación. Envían emisarios o embajadores a zonas de cultivo para hacer encargos, apoderarse de los servicios de traslado y seguridad, todo por pedido.

Desde la fachada del empresario, señala, crean empresas legalmente establecidas, las cuales usan para lavar sus ganancias y llevar una vida normal, al menos en la apariencia, lo cual ha provocado que muchas investigaciones por operaciones ilícitas estén atoradas.

La primera gran era de los cárteles de la droga imperó en las décadas de 1990 y 1990, teniendo como máximo referente en Sudamérica al líder cártel de Medellín, Pablo Escobar; en México, esa figura recayó en Joaquín “El Chapo” Guzmán.

¿Su imagen? Llenos de poder, excesos y lujos, controlaban todo bajo la premisa de ‘plata o plomo’. Se hacían de objetos bañados en oro, casas con animales exóticos, vehículos de colección. Esa fase de la historia del narcotráfico, dijo, el fin era mostrar su fortuna y poder.

Aunque siempre tuvieron un liderazgo rector, señaló, los cárteles empezaron a trabajar de manera horizontal, repartiendo territorios, rutas y ganancias, como las Familias italianas, ejemplo de ello sería La Federación, la cual surge antes de la detención de Miguel Ángel Félix Gallardo, ‘El Jefe de Jefes’, un modelo que comenzó a imitarse en otras regiones de América Latina.

La Federación tuvo benefició principalmente a los hermanos Arellano Félix, quienes operaban en Tijuana; a Amado Carrillo Fuentes, dueño de Ciudad Juárez; a Juan García Ábrego en Tamaulipas y a Joaquín Guzmán Loera e Ismael El Mayo Zambada que se harían cargo de las operaciones Costa del Pacífico de México, convirtiéndose en el Cártel de Sinaloa.

En una amplia entrevista, el general ecuatoriano señala que los narcos se volvieron multitask, y que en Ecuador se hablaba de que todo lo que pasara en México podría replicarse en el resto del continente.

Debido a la lucha por los territorios, rutas y drogas, los cárteles se volvieron más sanguinarios y contrataron a desertores de las fuerzas de seguridad, principalmente de exmilitares mexicanos y centroamericanos –Los Zetas o Los Pelones–, que a la postre también ampliaron su capacidad delictiva llevando a cabo extorsión, secuestro, cobro de piso, robo de combustible y homicidios.

Para la “cuarta fase”, dice el zar antinarcóticos de Ecuador, Giovanni Ponce, es la migración al uso de tecnologías como aplicaciones y el manejo de criptomonedas. Con ello, no dejan rastro de sus actividades.

Cambiaron su faraónica vida por la discreción de un bajo perfil, lo cual les permite pasar inadvertidos y gozar sus ganancias. Los ríos de sangre, dice, los cambiaron por el outsoucing de una jornada laboral.

El perfil que tienen ahora, resaltó Ponce, es el del próspero empresario que sabe a detalle cuándo y en cuáles negocios lícitos invertir para duplicar sus ganancias ilícitas.

“Han aprendido la lección y ya no andan en carros de alta gama ni luciendo pistolas o revólveres de oro; ahora son empresarios muy discretos que manejan muy bien los temas económicos”, destacó.