El expresidente lo acusa de haber retirado las tropas antes que los aliados afganos y otros civiles fueran evacuados. “Bajo mi administración, todos los civiles y el equipo habrían sido removidos”, aseguró.
En los últimos meses Estados Unidos y Europa —que venían con un aumento de las libertades— han vuelto a presenciar un preocupante aumento de hospitalizaciones a raíz de esta última variante de preocupación.
Analistas occidentales escriben que la situación de Afganistán se parece demasiado a la vivida en Vietnam en 1975, cuando las tropas del Vietcong forzaron una salida humillante de los soldados de Estados Unidos.
Los niños representan aproximadamente el 2,4% de las hospitalizaciones en el país. Los niños menores de 12 años no son elegibles para recibir la vacuna, lo que los hace más vulnerables.
A la situación de urgencia a causa del sismo hay que añadir la crisis política agravada por el asesinato del Presidente del país Jovenel Moise el pasado 7 de julio, y los efectos de la COVID-19.
Esta semana el diario El Mercurio dedicó una extensa nota al petista, titulada “Mauricio Toledo, el diputado mexicano desaforado por caso de corrupción y acusado de haber huido a Chile”.
Hasta ahora Rusia es el único que no ha anunciado ningún retiro. El enviado del Kremlin en Afganistán, Zamir Kabulov, dijo el domingo que no hay planes de evacuar la embajada rusa en Kabul.
El exjefe del Ministerio del Interior y exembajador en Alemania, Ali Ahmad Jalali, fue nombrado jefe del gobierno de transición. Pero los talibanes dicen que no habrá un gobierno de transición en Afganistán.
Nuevos estudios de las mutaciones del SARS-CoV-2 han dado a conocer que las variantes se están convirtiendo en dominantes, resultan ser más contagiosas y, lo que ha preocupado: reducen la eficacia de las vacunas.