La frustración ante el ritmo de entrega de la asistencia se ha estado incrementando desde hace días. Pero este viernes fue la primera jornada de saqueos generalizados.
En Haití muchos pequeños pueblos aún no recibieron ayuda, concentrada por el momento en las grandes ciudades. Las zonas alejadas precisan agua potable, alimentos, medicinas, ropa, utensilios de cocina, carpas, mantas, materiales de construcción y kits de higiene.
Haití ya luchaba contra la pandemia, la violencia de las pandillas, la pobreza y la incertidumbre política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse cuando se produjo el terremoto.
Mediante la Sedena y la Semar, México envió más de 20 toneladas de ayuda humanitaria. “Olvídense de las fronteras, necesitamos aplicar el principio de la fraternidad universal”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A la situación de urgencia a causa del sismo hay que añadir la crisis política agravada por el asesinato del Presidente del país Jovenel Moise el pasado 7 de julio, y los efectos de la COVID-19.
La Secretaría de Relaciones Exteriores dio a conocer a la comunidad mexicana en Haití los números telefónicos de protección consular con el fin de atender cualquier situación derivada del terremoto.
El director de protección civil del país, Jerry Chandler, dijo que tras el terremoto sí hay muertos, “puedo confirmarlo, pero todavía no tengo el número exacto”. El gobierno ha solicitado evacuar de forma urgente las zonas costeras.
El sismo ocurrió a las 8:29, hora local, con una profundidad de 10 kilómetros, provocando pánico entre las personas, quienes en su mayoría abandonaron sus viviendas. En internet ya circulan imágenes y videos de la tragedia.
El jefe de la Policía, Léon Charles, fue abucheado mientras inspeccionaba los dispositivos de seguridad que fueron instalados para el funeral. No participó esta mañana en una misa de réquiem celebrada en la catedral en honor a Moïse.
Hasta el momento se desconoce qué tan pronto dejará el cargo Claude Joseph, ministro interino quien ha estado al frente del gobierno haitiano con el apoyo de la policía y el ejército desde el asesinato de Moïse el 7 de julio.