"Silvano Aureoles agarró una bandera y se lanzó al vacío; hizo juicios que le tocan al entramado institucional definir y castigar. Y es aquí lo cuestionable. Por eso es que su movimiento se lee más como una jugada política que jurídica".
“Está desesperado por las cuentas pendientes, por las deudas. La última deuda es de 4 mil millones de pesos donde no sabemos en qué se invirtió ese recurso económico", dijo el mandatario electo.