En este contexto, el académico Orlando Aragón Andrade, consideró que para reinventar nuestra identidad nacional todo sirve: “Desde los símbolos patrios hasta los que sean más cosmopolitas, los derechos humanos, el respeto a los tratados bilaterales. Estas armas deben invocarse y anteponerlas a esta ofensiva. Hay que revivir de manera estratégica nuestra historia”.
El doctor en Ciencias Antropológicas, sostuvo que “es necesario ir a los tribunales internacionales a esgrimir nuestros derechos para que se frene esta agresión. Es una pelea desigual con ellos y esto requiere que echemos mano de todos estos recursos. Si el gobierno no sale a la defensa del país, la sociedad deberá asumir ese papel”.
Las circunstancias llevarán al país a reintegrarse a América Latina, el reto es encontrar los mecanismos de cooperación que permitan crear un bloque que haga frente a la ultraderecha estadounidense; entre los pendientes que se debe trabajar resulta indispensable quitarle la jetatura a Estados Unidos que mantiene sobre la Organización de Estado Americano (OEA), para convertirla en un espacio independiente donde se discutan las políticas transversales que intenten resolver las múltiples necesidades que afronta el continente. Que requiere reducir la desigualdad y apostar a la revolución tecnológica y educativa. La pobreza aumentó de 168 millones de personas a 175 millones en Latinoamérica, según datos divulgados hoy por la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Solo así se podrá trabajar en la elaboración de la identidad latinoamericana, siempre y cuando podamos contestarnos un par de preguntas: ¿Quiénes somos y hacia dónde queremos dirigirnos?; entonces, estaríamos listos para abrir las fronteras desde el Río Bravo hasta la Patagonia. Solo así se resistirían las presiones que provendrían desde Washington, que apuestan a someternos en la mesa de negociación con el único objetivo de quintuplicar las ganancias, a costa de hundirnos en el bote de basura de la historia.
En este sentido fue un error cancelar de último momento la asistencia a la V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Latinoamericana y del Caribe (CELAC), que se celebró en República Dominicana el pasado miércoles 25 de enero.
El destino alcanzó a México, y éste tendrá que responder a las expectativas de un continente que continua esperando su regreso.
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