Metapolítica
Ciudad de México.- Con apoyo del Gobierno de Estados Unidos en una estrategia encaminada a impulsar el rastreo de armas a nivel estatal, la Fiscalía General del Estado de Michoacán creó una bóveda de resguardo de evidencias armamentístico, como una apuesta para reducir la cantidad de armas que circulan en el estado, uno de los estados más violentos del país.
Según la información que publica el diario Milenio, no todas las ametralladoras son fabricadas en Estados Unidos: “Las redes de tráfico de armas hacia nuestro país tienen muchos tentáculos en el planeta, algunos en otros continentes y hasta eras: “Product of Egypt’, ‘Proizvedeno u Srbiji’, ‘Fabricat in Romania’, ‘Zhōngguó zhìzào’”.
Las menos, dicen, están fabricadas en México, pero todas llegaron a Michoacán no sólo desde distintos lugares, sino de distintas épocas y manos. En el reportaje se habla incluso de décadas y de varios ejércitos del mundo, pero todas terminaron en manos de grupos criminales como Los Caballeros Templarios, el Cartel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras, Carteles Unidos, y otras organizaciones que operan en el estado.
Lo anterior se sabe porque la FGE michoacana, ubicada en Morelia, tiene desde 2015 una de las bases de datos armamentísticas “más poderosas y bien organizadas de México”.
“Es de lo mejor que he visto”, dice el jefe del buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego en México, Timothy Sloan; y añade: “Esta bóveda no le pide nada a las que tenemos en Estados Unidos”.
“Por fuera, la bóveda solo es un edificio más de la fiscalía michoacana, pero por dentro, resguarda un arsenal digno de un ejército pequeño. En decenas de anaqueles yace la pista para resolver miles de homicidios y el registro de lo cruenta que ha sido la guerra michoacana: aquí, han sido catalogados más de mil rifles y pistolas y 700 mil casquillos, recopilados a lo largo de los últimos siete años, entre los que se incluyen municiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el extinto Pacto de Varsovia, algunas de las cuales tienen conexión directa con asesinatos y masacres”, refiere el reportaje.
Tanto el Gobierno de Michoacán como la embajada de Estados Unidos, el Departamento de Estado y el Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés), menciona el documento periodístico, “han invertido años de capacitación y millones de pesos y dólares en recursos para convertirla en un referente nacional”.
Además, se señala que el objetivo final “ya está muy cerca” de cumplirse, el cual es llevar a la bóveda de evidencias michoacana a tener las certificaciones totales con el fin de permitirle recibir acceso a las bases del gobierno estadounidense.
Lo anterior permitiría que agentes locales puedan usar esa información en tiempo real durante sus investigaciones de tráfico de armas.
Lee el reportaje completo en Milenio
