Metapolítica
Ciudad de México.- México no ha visto “un peso” de Deer Park desde 1993, cuando adquirió el 49% de las acciones. Eso fue lo que dijo el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, al referirse a la adquisición que se hizo cuando Carlos Salinas de Gortari era el presidente de México.
La única opción era comprar el resto a Shell, porque el contrato prohibía venderle a un tercer actor.
En Twitter, el funcionario enlistó algunas de las razones por las que la compra de la refinería ubicada en Texas “fue una buena transacción”.
La inversión que se hizo a Deer Park fue “estratégica”, dijo, porque se requería dar salida al petróleo tipo maya, un crudo mexicano más pesado con una densidad de 1.0 a 0.92 g/cm3 y un contenido mínimo de azufre de 3.3.
Sin embargo, desde la firma de dicho contrato, Shell tuvo la mayoría accionaria (50.005), mientras que México obtuvo sólo el 49.995. E insistió: “México no ha visto un peso”.
“Sobre la racionalidad de la transacción, desde el inicio, la inversión en Deer Park fue de carácter estratégico para dar salida al petróleo tipo Maya. Shell quedó al mando de la mayoría accionaria y decidió reinvertir las utilidades desde 1993; México no ha visto un peso”, dijo en tuit.
Hizo énfasis que la compra total de las acciones era la única opción para que México obtuviera ganancias de esta refinería, ya que el contrato con Shell, como dijo, prohibía la venta de las acciones mexicanas a una tercera figura.
La finalidad de obtener la otra mitad de las acciones era asegurar la oferta de gasolina en México frente a situaciones extraordinarias, como la caída en la oferta por robo de combustible o hackeos al sistema de distribución de gas, como lo ocurrido en Estados Unidos a inicios de 2021. Así, en esos casos extraordinarios, se enviaría la totalidad de la producción de Deer Park a México.
Herrera sostuvo que la compra se hizo a “un buen precio”, puesto que Shell ahora busca reducir su capacidad de refinación en el mundo al 50%.
Con información de Sin Embargo
