Las miradas también están puestas en Pensilvania, considerado uno de los “estados bisagra” que históricamente se inclina por uno u otro partido y resulta clave en la elección final del presidente.
Trump había forjado su carrera como empresario, alejado de los temas políticos. Su ambiente natural: el mundo televisivo, la farándula y los flashes. Ha sido señalado como uno de los Presidentes más divisivos de Estados Unidos, con un discurso abiertamente beligerante y racista.
Biden supera a Trump en los estados clave del norte de Wisconsin y Pensilvania, y en los estados del Cinturón del Sol de Florida y Arizona. La ventaja es más pronunciada en Wisconsin, donde tiene una clara mayoría de los votos y supera a Trump por 11 puntos.
La reciente designación de Amy Comey ha dado una pronunciada mayoría a los conservadores en la más alta instancia judicial del país. Y la polémica está instalada: esta misma semana debe decidir tres casos que afectan directamente a las elecciones.
Aunque más civilizado que el primero, en el debate de ayer también hubo acusaciones, objeciones e insultos. Trump citó alegaciones —infundadas— de que Biden se benefició de los negocios de su hijo. Biden, a su vez, a relucir las opacas cuentas fiscales del presidente.
"El país vecino está jugando cartas que le otorgan una alta rentabilidad para su propio interés, con México como público de última hora y sin mayor participación que la observancia de los movimientos ajenos”, aseguró el columnista en el legendario medio estadounidense.
Trump tiene 74 años y es clínicamente obeso, lo que supone un riesgo mayor de sufrir complicaciones graves. También fue a principios de este año la cara más visible de los negacionistas de una enfermedad que hasta el momento ha cobrado alrededor de un millón de víctimas fatales.
CNN reportó que Trump se encuentra en un grupo de alto riesgo simplemente por su edad –tiene 74 años– y su peso. Trump es clínicamente obeso y la obesidad es un factor de riesgo para una forma más grave de la enfermedad.