Señalado como líder de una banda de rumanos dedicada al hackeo de cuentas bancarias y cajeros automáticos, obtuvo la suspensión definitiva contra su extradición a su país, donde se le requiere por cargos de intento de asesinato, chantaje y constitución de una red de delincuencia organizada.
La detención es con fines de extradición, formulada por el gobierno de Rumania, por delitos de delincuencia organizada, extorsión y tentativa de homicidio agravado.