En los primeros rituales desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán, llamaron hoy a orar por la unidad, mientras las protestas contra su régimen se extienden a más ciudades.
Aunque el llamado era volver al trabajo, varios dejaron entrever que el hecho de ir armados era una forma de intimidar e infundir miedo al nuevo liderazgo en Afganistán.
Un portavoz destacó que el país podría ser gobernado por un consejo de gobierno encabezado por el líder supremo del movimiento talibán, Haibatullah Akhundzada.
“Les informo que con la activa participación de Guillermo Puente Ordorica, Embajador de México en Irán, hemos iniciado el procesamiento de las primeras solicitudes de refugio, especialmente de mujeres y niñas”, publicó el canciller.
El Acuerdo de Doha se basaba en la premisa de que serían las fuerzas de seguridad afganas las que tomarían el control de la situación después de la retirada occidental. No ocurrió asi.
El embajador ruso en Kabul, Zamir Kabulov, se reunirá este martes con los talibanes para decidir si reconoce o no a las autoridades insurgentes. Por su parte, China dijo hoy que quiere mantener “relaciones amistosas” con ellos.
El canciller mexicano informó por medio de su cuenta de Twitter que el país se encuentra atento a los futuros acontecimientos en Afganistán ante el avance de los talibanes.
Analistas occidentales escriben que la situación de Afganistán se parece demasiado a la vivida en Vietnam en 1975, cuando las tropas del Vietcong forzaron una salida humillante de los soldados de Estados Unidos.
Hasta ahora Rusia es el único que no ha anunciado ningún retiro. El enviado del Kremlin en Afganistán, Zamir Kabulov, dijo el domingo que no hay planes de evacuar la embajada rusa en Kabul.